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En osos de peluche, maletas, libros, piezas de artesanía, rollos de polietileno, aparatos electrónicos, ingerida o incluso en una lápida, el crimen organizado ha utilizado diferentes métodos para el trasiego de droga en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

Reportes de la Policía Federal y la Procuraduría General de la República (PGR) refieren que los mecanismos para el trasiego de droga son cada vez más sofisticados, pues los controles de seguridad se incrementaron en los últimos años.

Ayer, personal de la Policía Federal adscrito al AICM informó sobre el aseguramiento de una lápida funeraria que contenía más de 22 kilogramos de marihuana, que tenía como destino Estados Unidos.

El decomiso se realizó en el área de carga de una empresa de traslado de paquetería en la terminal aérea, cuando los elementos revisaron una caja de madera procedente de Zapopan, Jalisco.

“Personal de la División de Seguridad Regional en presencia de la autoridad ministerial procedió a abrir la caja y encontró en su interior una lápida con inscripciones en inglés y refería las fechas de nacimiento y fallecimiento de una persona”, explicó la dependencia.

El pasado lunes se dio a conocer el decomiso de un oso de peluche que contenía droga sintética y que tenía como destino Filipinas. “Ante personal legal de la empresa, policías federales abrieron el juguete, donde se percataron que contenía dos envoltorios confeccionados en plástico que tenían una sustancia con un peso aproximado de un kilogramo”, indicó la institución.

En mayo pasado los elementos se percataron que en el interior de 24 piezas artesanales provenientes de Lima, Perú, se ocultaron 18 kilogramos de cocaína.

Otro de los métodos utilizados por el crimen organizado es cambiar las maletas de los usuarios para transportar droga. Esta forma de realizar el trasiego llevó a la detención de algunas personas al acusarlas de tratar de introducir narcóticos al país. Sin embargo, al comprobar que el equipaje no era de ellos fueron puestos en libertad.

En mayo de 2011 se detectó un kilogramo de cocaína en el interior de un libro, que fue modificado para ocultar el narcótico que tenía como destino el estado de Chicago, Estados Unidos.

Otro de los aseguramientos se efectuó en mayo de 2009, cuando los elementos se percataron que en el interior de rollos de polietileno se ocultó cocaína, la cual en conjunto dio un peso de 630 kilogramos. En diciembre de 2007 se localizaron 500 kilogramos de cocaína repartidos en 25 maletas que venían en el vuelo 374 de Mexicana de Aviación, procedente de Caracas, Venezuela.

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