Washington.— La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció la situación en la que están algunas cárceles en México, en las que detectó hacinamiento de los internos y un uso excesivo de la prisión preventiva, entre otros problemas.

El comisionado James Cavallaro, relator sobre los derechos de las personas privadas de libertad y relator para México, visitó en septiembre pasado cuatro reclusorios para monitorear la situación de las garantías de las personas privadas de libertad en el territorio nacional.

La CIDH denunció que en reclusorios federales y estatales en México se presentan “patrones comunes y estructurales”, tales como “hacinamiento, corrupción, indebida atención médica, falta de privacidad y ausencia de oportunidades reales para la reinserción social”.

También denunció casos de “maltrato por parte del personal penitenciario a cargo de la custodia de las personas privadas de libertad, y la imposibilidad de éstas para presentar quejas ante un órgano independiente que cumpla con los estándares de independencia e imparcialidad reconocidos”.

La comisión también observó “un uso excesivo de la prisión preventiva y la inaplicación de medidas sustantivas”. Durante las visitas a los centros, la relatoría recibió “numerosos testimonios de personas cuyos casos habrían excedido ampliamente el límite constitucional de dos años para la aplicación de la prisión preventiva”.

La Relatoría también observó que las personas procesadas y sentenciadas “compartirían las mismas celdas y se encontrarían en las mismas áreas comunes”.

En el Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha observó “condiciones deplorables en las celdas de castigo utilizadas, y especialmente por el prolongado tiempo de aplicación de estas sanciones”. Una de las internas, por ejemplo, llevaba encerrada tres meses en celdas de castigo.

En el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, Cavallaro constató que hay un problema de hacinamiento. El día de la visita del relator había 12 mil 883 personas encarceladas en ese centro, a pesar de que su capacidad es para 5 mil 604.

Los reclusorios federales presentarían “mejores condiciones físicas y más control, pero también un ambiente de extrema represión”, pues hay “prolongados regímenes de aislamiento, hasta por 23 horas al día, restricción de comunicación entre internos y graves dificultades para tener contacto con el exterior”. Con información de DPA

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