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Las declaraciones de funcionarios del gobierno federal sobre las circunstancias de la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, no coinciden con la realidad que registró el video con audio de los últimos minutos del capo en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, que echa por tierra versiones oficiales como el uso de “algún tipo de ácido” para horadar el lugar e impedir el ruido en la celda o que se activó el código rojo de “inmediato”. No ocurrió así.

La videograbación que dio a conocer ayer el periodista Carlos Loret de Mola, tomada desde de las dos cámaras de vigilancia de la celda 20 que ocupaba el líder del Cártel de Sinaloa, revela que la noche del 11 de julio pasado fue evidente el uso de maquinaria, como taladros, el inusual ruido sí se escuchaba, pero ninguno de los encargados del monitoreo y vigilancia alertó de lo que ocurría.

El 14 de julio pasado, el entonces titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), Monte Alejandro Rubido, dio a conocer un video del momento de la fuga del capo, pero que no tenía audio. Las versiones que se ofrecieron contrastan con los hechos ocurridos desde las 20:37:08 horas y hasta las 21:32:00 que muestran las nuevas imágenes.

Rubido García justificó en sus primeras declaraciones que a El Chapo nunca lo cambiaron de celda porque era la única que contaba con dos cámaras de videovigilancia —una dentro y otra enfrente—, lo cual no fue suficiente medida de seguridad: a pesar de que hubo ruidos extraños y una conducta nerviosa del reo, que se captó en las imágenes. Los monitoristas que esa noche lo vigilaban no alertaron de lo que ocurría.

El audio permite escuchar durante cuatro minutos el uso de martillos y el motor de máquinas con los que se hizo el boquete por donde salió el capo. No obstante, la versión que ofreció Rubido García es que se hizo un corte milimétrico a la base de cemento en la regadera de la celda y “debilitaron con base en ácido y calor”, lo que justificó que nadie se diera cuenta del momento en que se realizó el orificio de un bloque que tenía una resistencia de 200 kilos por centímetro cuadrado.

El entonces comisionado afirmó que Guzmán Loera “actuó de forma normal, no hizo nada que se saliera de su rutina”. Para los custodios que lo vigilaban no fue irregular que estuviera acostado, que a las 20:49 horas se levantara intempestivamente y fuera al área de regaderas, no se bañara, que regresara a cambiarse las sandalias por zapatos; no sospecharon nada a pesar del ruido delator del uso de las herramientas.

Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, dijo en conferencia el 13 de julio que “en el momento en que se da la fuga, en ese preciso instante se inicia toda la alerta alrededor del penal, la intervención de la Policía Federal, de los internos que no sólo llegaron a las celdas, sino que inmediatamente comenzaron la búsqueda dentro del túnel (...) Hay grabaciones que hablan de cómo se alertó en el momento preciso del inicio de la fuga”.

El nuevo video revela que desde el momento en que se comenzaron a escuchar los primeros sonidos del uso de las herramientas, después de las 20:46:56 horas, fue hasta las 21:18:19 horas cuando el personal del penal llega a verificar físicamente la celda, es decir, fueron más de 32 minutos, cuando el módulo de seguridad más cercano a la celda está a 25 metros.

El 16 de julio, tras reunirse con la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional del Congreso de la Unión, Osorio Chong dijo: “La alerta se da de manera inmediata, en cuanto los que estaban siempre viendo el monitor que veían, observaban (sic) a este delincuente, inmediatamente avisan que el mismo se nota que ya no está y se comunican al comando para que pueden hacer la actuación que corresponde al protocolo; la llegada de los custodios se da 18 minutos después”.

La alerta general que activó la movilización incluso de fuerzas federales, de acuerdo con las investigaciones tardó tres horas.

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