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Cuando Edgar Valdez Villarreal, alias La Barbie cumplió los 18 años, ingresó a la cárcel por primera vez. Acusado por un delito menor, fue condenado en Estados Unidos de América, país del que es originario.
Salió pronto de la cárcel, pero había decidido su destino, a los 21 años fue detenido por la única actividad a la que se ha dedicado desde entonces: tráfico de drogas.
Era el año de 1994 y fue aprehendido por segunda vez por el delito de narcotráfico, también en territorio estadounidense. Cumplida la condena emigró a México, donde cuatro años después enfrentaría su primera imputación por delitos contra la salud.
Como narcotraficante, La Barbie fue distribuidor de drogas y sicario. Sanguinario, llegó a ser uno de los lugartenientes más temidos del Cártel de los Beltrán Leyva. Como estratega cambió la forma de operar del narcos. El Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información (Cenapi) de la PGR lo considera el creador de los halcones y de los narcomensajes, células de taxistas y primodelincuentes que son cooptados para alertar a sus jefes de movimientos policiacos.