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En la mayoría de los centros penitenciarios más representativos del país prevalecen la sobrepoblación y el hacinamiento que generan violencia, así como la falta de actividades laborales, deportivas y educativas, advirtió la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Al dar a conocer los resultados del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2014, el organismo detalló que también se observaron deficiencias de clasificación entre procesados y sentenciados, servicios médicos y alimentación deficientes, falta de manuales de procedimiento y personal insuficiente.
Con base en la revisión de los 130 centros estatales más poblados del país en las 32 entidades, así como 20 centros federales que incluyen las Islas Marías, se registraron 195 mil 329 internos, equivalentes a 90.06% de la población penitenciaria nacional.
El diagnóstico, identificado con las siglas DNSP según un comunicado, se realizó a lo largo de todo el año pasado y descubrió también insuficiencia en programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.
Respecto a la imposición de sanciones, se observó que en 85 de los centros visitados no se respeta el derecho de audiencia, no siempre se realiza certificación de integridad física y durante el cumplimiento de la sanción no se respetan condiciones de vida digna.
“En 100 centros visitados se detectaron carencias respecto a las áreas que deben conformar las instalaciones para cumplir sus objetivos, así como dormitorios con deficientes condiciones materiales y de higiene, falta de mantenimiento, agua y mobiliario”, abundó.
Más aún, en 81 prisiones existen áreas de privilegios, objetos y sustancias prohibidas, así como convictos que ejercen poder paralelo, en tanto que en 78 centros faltan manuales de procedimiento para ingreso, traslado de internos o uso de la fuerza, entre otros rubros.
Entre los resultados más relevantes destaca la deficiencia en el control de algunos centros, donde los reos intervienen en decisiones de seguridad, servicios, actividades productivas, mantenimiento y hasta el control de las visitas íntimas.
Esto se observó en 73 centros estatales (no se detalla cuáles) y en 72 de éstos la alimentación es mala tanto por su elaboración como por su calidad y distribución, además de la carencia de instrumentos para consumirlos.
En 54 penales, los servicios médicos son deficientes, en particular por falta de medicamentos, material de curación e instrumentos y de personal, lo cual afecta más al caso de las mujeres, pues en algunos penales mixtos ellas tienen que ir a consulta en el área de hombres.
Por lo que hace a 19 de los 20 centros federales visitados, es grave la insuficiencia de personal que garantice la seguridad, además de que también faltan actividades laborales, educativas y deportivas.
En 13 penales federales hay reos que permanecen casi 20 horas en sus celdas cotidianamente, además de que muchos están encarcelados muy lejos de su domicilio, lo que dificulta las visitas de sus familiares o conocidos.
En cuanto a las prisiones militares, la situación más recurrente que se detectó es la relativa a la falta de actividades laborales.
La violencia en los centros de reclusión se deriva de la sobrepoblación y hacinamiento, así como las deficiencias para prevenir incidentes. Durante 2014 se suscitaron 993 incidentes en centros estatales, 740 en federales y cuatro en prisiones militares.
Para la aplicación del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2014 se llevaron a cabo mejoras en relación a las cédulas utilizadas para la obtención de información, planteándose para el próximo año cambios metodológicos para identificar logros y deficiencias.
tpc