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marco.muedano@eluniversal.com.mx
Autoridades del gobierno federal y del estado de Guerrero se reunieron para establecer un esquema que permita combatir la inseguridad en la entidad, principalmente los secuestros. El comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, instó al gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, a mantener una mayor cooperación para atacar al crimen organizado, que mantiene presencia en la entidad.
El planteamiento del comisionado busca reducir los índices delictivos registrados en Guerrero, de manera frontal, con el mayor uso de inteligencia y de estrategias preventivas.
“Uno de los temas que se abordaron fue el comportamiento del delito de secuestro, por lo que estuvo presente la presidenta de la Asociación Civil Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace”, detalló la dependencia.
Durante los últimos años el gobierno federal ha implementado diferentes operativos en Guerrero ante el aumento de la inseguridad por la presencia de grupos del crimen organizado que disputan las plazas. Las fuerzas federales arribaron a la entidad en octubre de 2011, cuando el entonces secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, quien perdió la vida en un accidente aéreo en noviembre del mismo año, anunció el inicio del Operativo Guerrero Seguro, principalmente para reforzar la seguridad en Acapulco.
Blake Mora explicó en ese momento que el despliegue de las fuerzas federales se efectuaba por el incremento de la inseguridad.
Para combatir la violencia y la inseguridad, el gobierno instrumentó 10 ejes principales, en los que se contemplaban patrullajes terrestres y aéreos, así como operativos en bares, cantinas billares y casinos por el aumento de los homicidios en el puerto.
La presencia de soldados, marinos y policías federales no disminuyó la inseguridad en la ciudad.
En los siguientes meses las extorsiones y secuestros en contra de empresarios y de la sociedad civil continuaron. En 2014 el gobierno del estado dio a conocer que en los municipios de Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Teloloapan, Tixtla y Zihuatanejo, donde se concentra 70% de las policías, se implementaba el Mando Único.
La estrategia incluía coordinación con las Fuerzas Armadas y federales, sin embargo, el plan no funcionó. En octubre del mismo año, el gobierno federal anunció el despliegue de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, para asumir la seguridad en 12 municipios de Tierra Caliente. Dos meses después, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) informó que 500 elementos de la Gendarmería fueron desplazados para reforzar la seguridad en el puerto de Acapulco. Estos elementos están de forma permanente en la entidad.