Una de las problemáticas más preocupantes del sistema penitenciario nacional es la deficiencia en el control de los centros por parte de la autoridad, lo que permite que los internos tengan poder de decisión en la seguridad, los servicios y las actividades, productivas, educativas y deportivas, de alimentación, mantenimiento y limpieza, así como el control de ingreso de visitas tanto familiares como íntimas, uso de los teléfonos y en los penales. Así lo aseguró la senadora por el PRD, Angélica de la Peña.
“Esta situación vulnera la seguridad, favorece la violencia que se ejerce para mantener el control”.
En una proposición con punto de acuerdo, destacó que el autocontrol fue detectado en 76 de los centros estatales visitados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), como se constata en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria correspondiente al año 2014.
Para dicho informe, la CNDH trabajó sobre una muestra de los 130 centros estatales penitenciarios más poblados —incluyendo varoniles, mixtos y femeniles— en las 32 entidades, cuya población total al momento de aplicar las guías de supervisión fue de 195 mil 329 internos; además se visitaron 20 centros federales.