alberto.morales@eluniversal.com.mx

Chilpancingo, Gro.— Pedro Rentería Lujano, entrenador de Los Avispones de Chilpancingo, asegura que tiene entumido el abdomen por dos balas que atravesaron su cuerpo, una de ellas le dio en el hígado. Es uno de los sobrevivientes del ataque de Guerreros Unidos al autobús donde viajaba con todo el equipo.

En la unidad deportiva de esta capital, casa de Los Avispones, Rentería Lujano supervisa las jugadas que preparan para el inicio de la temporada. A un año de la tragedia, los miembros de este equipo fueron víctimas colaterales del ataque de dicha organización criminal a los estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa.

Esa noche Víctor Hugo, el chofer del camión, y uno de sus jugadores, David Josué Evangelista El Zurdito, murieron a balazos.

“Al principio, mentalmente siempre pensaba lo que nos sucedió, me pudo mucho el fallecimiento de El Zurdito, porque se siente uno culpable de haberle autorizado que hiciera el viaje con nosotros, ya que no tuvimos la capacidad de no permitir que los mataran.

“Lloré mucho por esa situación, no acostumbro llorar, pero esa es la impotencia de no poder hacer nada. El dolor físico por los balazos me quedó mucho tiempo”, comenta el hombre de rostro adusto y voz apagada.

Señala que la noche del 26 de septiembre es inolvidable . Todavía, dice, recuerda el momento en que recibieron las ráfagas. “Lo único que les alcancé a decir es que se tiraran al piso porque eran balazos, el que tuvo más contacto con los agresores fue mi preparador físico, Jorge León, él estuvo conversando con ellos, diciéndoles: ‘¡Somos un equipo de futbol!’”.

De los 29 jugadores que viajaron en el autobús, 12 resultaron heridos por bala o esquirlas. Hoy el equipo luce un nuevo rostro, Rentería señala que varios jugadores han salido por edad, y otros porque buscaron estudiar en otro lado o alternativas en otros equipos.

“Del plantel anterior quedamos 12, nueve están considerados como víctimas”, dice el director técnico de 60 años de edad, cuyo sueño es ascender a segunda división.

“Yo valoro mucho el carácter que han tenido los muchachos para sobreponerse a esa situación”, afirma.

—¿Si pudiera cambiar algo de ese viernes, qué sería?

—Cuando terminó el partido, a uno de mis muchachos, que fue mi jugador en Iguala, le hablaron por teléfono, le pregunté qué pasó, me contestó: “Me dicen que no me vaya a mi colonia porque hay balazos”, y me dijo: “Tengan cuidado al salir”.

Recuerda que manejó otra alternativa de ruta para regresar a Chilpancingo. Salir de Iguala por Huitzuco, hasta la autopista de Paso-Morelos. “Como no vimos ningún problema nos seguimos y 10 minutos después nos reciben a balazos”, dijo.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses