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Las organizaciones criminales que se dedican al tráfico ilegal de migrantes desde Centroamérica hacia Estados Unidos atravesando territorio mexicano suelen retenerlos durante varias semanas antes de ingresar a territorio de la Unión Americana, lapso en el que abusan física y sexualmente de sus víctimas, alertó el agregado del Departamento de Seguridad Nacional en México, Edgar Ramírez.

El funcionario estadounidense agregó que la vulnerabilidad para los trabajadores provenientes de Honduras, El Salvador, Guatemala y México se incrementa en la frontera sur de Texas con Tamaulipas, entidad federativa de nuestro país que es considerada como la región binacional más conflictiva por el tráfico de personas y de otras mercancías ilícitas, incluyendo las drogas.

Destacó que si bien no es común que los cárteles de la droga se involucren sólo en el narcotráfico, sí ocurre que dichos grupos delictivos controlan determinadas regiones que son paso obligado para los migrantes, por lo que esas organizaciones les imponen sus condiciones económicas y de seguridad a las bandas delincuenciales que se dedican al tráfico de personas, práctica que en México se conoce como “derecho de piso”.

Durante una rueda de prensa para dar a conocer la campaña Conoce los Hechos, que advierte a mexicanos y centroamericanos sobre los riesgos que provoca la inmigración ilegal a los Estados Unidos, Ramírez explicó que los traficantes de personas ocultan y engañan a sus potenciales víctimas con promesas de una fácil regularización migratoria, misma que no existe.

Sin embargo, las bandas criminales no les advierten a sus potenciales clientes y víctimas sobre el número de personas que fallecen en la frontera de México con Estados Unidos, debido a las condiciones climáticas extremas que se viven durante el trayecto, mismas que en la última década han fluctuado entre las 300 y 498 muertes cada año.

Además, los propios traficantes propinan golpizas y les roban dinero a las personas que llevan hacia territorio estadounidense, aunado a otros abusos físicos y sexuales que pueden llegar a sufrir los migrantes, particularmente mujeres, niñas y niños, quienes son más vulnerables.

Edgar Ramírez explicó que la campaña lanzada por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos pretende disuadir tanto a los migrantes mexicanos provenientes del Estado de México, Michoacán y Guerrero, como a los ciudadanos centroamericanos que siguen confiando en los llamados polleros para el traslado de niñas y niños hacia la Unión Americana, pese a los riesgos que corren los menores no acompañados.

Explicó que si bien el número de niños migrantes ha descendido en 2015 en comparación con el año pasado, durante el presente año fiscal se han contabilizado 35 mil menores no acompañados que entraron a su país, cifra a la que se agregan otros 34 mil que intentaron llegar a Estados Unidos acompañados de sus familias.

El funcionario estadounidense agregó que ante este escenario, los migrantes centroamericanos y mexicanos que trabajan en Estados Unidos deben estar conscientes de que la frontera entre estos dos países no es la misma que hace 15 años, ya que ahora existen más riesgos.

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