A una semana de la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, una de las líneas de investigación que sigue la Procuraduría General de la República (PGR) es la filtración de información al interior de la División de Inteligencia de la Policía Federal, que hasta hace algunos días era dirigida por Ramón Eduardo Pequeño García.

Fuentes ministeriales explicaron que las pesquisas, que hasta el momento realiza la dependencia, refieren que elementos de la División presuntamente fueron cooptados para facilitar información, protección y comodidades a Guzmán Loera durante su estancia en el penal, y en el momento en que se fugó.

La dependencia investiga el motivo por el cual se asignaron a elementos de la División de Inteligencia para realizar labores de custodia, así como de la videovigilancia del penal.

El viernes 17 de julio, siete personas que laboraban al interior del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 1, El Altiplano, considerado de máxima seguridad, fueron consignadas ante un juez federal del Estado de México, por evasión de presos en la hipótesis “cuando el detenido está siendo procesado por delitos contra la salud”.

Las fuentes mencionaron que entre las personas consignadas por la fuga de El Chapo cinco son de la División de Inteligencia de la Policía Federal, y dos del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), quienes presuntamentente no contaban con la capacitación adecuada para realizar funciones al interior del Centro Federal de Readaptación Social.

La investigación que el Ministerio Público realiza incluye la presentación en calidad de testigos de diferentes funcionarios del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS), así como de la División de Inteligencia, entre ellos Ramón Eduardo Pequeño, quien en 2014 fue asignado a la División por el comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido.

Las autoridades consultadas indicaron que además de las pesquisas que realiza la PGR, al interior de la Policía Federal también se abrió un expediente administrativo para deslindar responsabilidades.

Explicaron además que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional mantenía comunicación sobre los procesos de vigilancia al interior del penal, por lo que no se descarta la posibilidad de que también sean citados a comparecer funcionarios del órgano de inteligencia del gobierno federal.

Guzmán Loera se fugó el sábado pasado del penal de máxima de seguridad de El Altiplano, a través de un boquete que se encontraba en el área de regaderas, que conectaba a un túnel de más de kilómetro y medio y que tenía salida a una propiedad que se encuentra en las inmediaciones del penal, en la colonia Santa Juana.

Para recapturar al narcotraficante el gobierno ha desplegado a más de nueve mil elementos de la Policía Federal, se han distribuido fotografías del capo, y se efectúan operaciones conjuntas con autoridades de las 32 entidades del país para ubicarlo, ya que existe la presunción de que no ha escapado al extranjero, y que incluso podría estar oculto en algunos de los estados de la zona centro. Hay una recompensa de 60 millones de pesos para quien aporte información que conduzca a su reaprehensión.

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