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politica@eluniversal.com.mx
El pasado 26 de julio, el reportero Amir Ibrahim Mohamed Alfie y su familia abandonaron su hogar en Quintana Roo. El protocolo de protección a periodistas del gobierno federal los extrajo del estado, tras la aparición de amenazas de muerte a través de narcomantas firmadas por el supuesto cártel de la Vieja Escuela Z.
En un restaurante concurrido —cuya ubicación queda resguardada por seguridad— narra a EL UNIVERSAL que como director del portal de noticias ElQuintanaRoo.mx, nunca publicó una investigación sobre la operación del Cártel de Los Zetas.
Para el periodista, los supuestos narcomensajes que aparecieron la madrugada del 19 de julio en Cancún, son una simulación, producto de la mente de grupos políticos para censurar a la prensa que ha publicado “las corruptelas” del gobierno de Roberto Borge Angulo, el ex mandatario de Quintana Roo, detenido por la Interpol en Panamá el pasado 5 de junio.
“Están tratando de callarnos, porque estamos publicando mucha corruptela del pasado, de la administración de Roberto Borge. No puedo tomar las amenazas a la ligera y tengo que tomar acciones para protegerme, pero siento que estoy siendo usado para generar un ambiente de inestabilidad y pánico, como parte de una estrategia política”, expone.b
Amir muestra desde su teléfono móvil las imágenes de las narcomantas que aparecieron colgadas en las rejas de una clínica y una escuela de la ciudad de Cancún. Las guarda como pruebas. El mensaje es intimidante, seguido de la firma de la supuesta Vieja Escuela Z.
Junto al nombre de Amir, la amenaza de muerte también iba dirigida a otro periodista reconocido en el estado, Pedro Canche.
El hecho quedó registrado meses después de los asesinatos de los periodistas Miroslava Breach, de Chihuahua, y Javier Valdez, de Sinaloa. Crímenes que, a la fecha, siguen impunes.
Exigen mayor eficacia
Amir es uno de los 600 periodistas y defensores de derechos humanos —según cifras de la Secretaría de Gobernación (Segob)— que están dentro del mecanismo de protección y que, como muchos, han dejado sus hogares ante amenazas del crimen organizado y políticos. Fue acogido por el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Segob que tardó seis días, después de los presuntos mensajes de La Vieja Escuela Z, para sacarlo del estado.
“Cuando eres amenazado, lo más importante es la inmediatez, que te protejan rápido; pasan cuatro días que parecen una eternidad. O te escondes en lo que se activan los mecanismos o presionas para que funcionen”, sostiene.
La primera amenaza que recibió fue a través de una llamada telefónica el pasado 8 de julio, en la que le decían que “le bajara de huevos o se mueren tú y tus hijos”. Enseguida que colgó el teléfono, recibió mensajes de WhatsApp supuestamente del número del empresario de bienes raíces, Carlos Mimenza Novelo, quien es un activista que ha denunciado una red de corrupción en la administración de Roberto Borge.
“Ten cuidado por dónde te mueves. Que te tengo vigilado. Lo que tú haces por la espalda yo te lo voy a hacer de frente”, decía.
El periodista acudió ese mismo día a interponer una denuncia ante la Fiscalía General de Quintana Roo. Las amenazas quedaron asentadas en una carpeta de investigación, bajo el delito de amenazas, señalando al empresario Mimenza.
Otros mensajes llegaron vía Twitter. “Tus ataques sobre el activista Carlos Mimenza serán juzgados muy pronto Tic Tac Tic Tac”, indica el mensaje publicado el 12 de julio, junto a la imagen de una pistola.
Motivos de la persecución
Para el director de ElQuintanaRoo.mx esas amenazas forman parte de una venganza de Mimenza, toda vez que desde las páginas de su portal y edición digital Amir ha publicado investigaciones sobre diversas irregularidades y criticaron un movimiento contra la corrupción que encabeza el empresario.
Es por eso que Amir asegura que las narcomantas que aparecieron el 19 de julio son parte de una estrategia de actores políticos y el empresario, más no directas del crimen organizado, ya que su medio no pública investigaciones periodísticas a fondo sobre la delincuencia organizada.
Desde su actual trinchera, el periodista asegura que peleará para descubrir el origen de aquellas amenazas de muerte que le han quitado la tranquilidad y a su familia.
“Quiero justicia para Quintana Roo y para todo el país, no quiero que mi caso forme parte de las estadísticas. Merecemos justicia y voy a luchar, porque cuando violentas a un periodista, violentas a todo el gremio”, afirma el comunicador.
Aun fuera de Quintana Roo, el periodista Amir Ibrahim Mohamed Alfie no calla su pluma. El pasado 3 de agosto, ya bajo amenaza, publicó su columna La Silla del Patrón”, que aparece en el diario Quintana Roo Hoy. En ella se refiere a Fidel Villanueva, presidente del Poder Judicial de aquella entidad, como “la última ficha en el paquete de impunidad de Roberto Borge Angulo” y de “amasar cuantiosas propiedades en Cozumel y Chetumal”.
Hasta que avancen las investigaciones, Amir y su familia seguirán fuera de su estado. Ahora, lo único que espera es regresar a su casa y subir los pies al sillón, mientras lee las noticias, abraza a su bebé de 10 meses y a su esposa.