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El historiador mexicano Miguel León-Portilla fue reconocido con el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Sevilla, España, en una ceremonia inédita en que representantes de la institución viajaron a México para entregarle la distinción.
El doctor León-Portilla, quien este año cumplió 90 años de edad, llegó apoyado en su bastón a la ceremonia que se celebró en el teatro Juan Ruiz Alarcón, del Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde fue recibido entre aplausos.
León-Portilla reconoció que no pudo escribir su discurso, puesto que padece una enfermedad oftalmológica que limita su capacidad de lectura; sin embargo, contó algunas anécdotas de su carrera, como cuando fue representante de México ante la UNESCO, en la conmemoración de 500 años de lo que se llamaba “el descubrimiento de América”.
En el Consejo Ejecutivo de la UNESCO, el mexicano logró que los países se sumaran a la conmemoración como un acontecimiento que cambió la historia y logró llevar la voz de los pueblos indígenas ante esa tribuna.
“La delegación mexicana propuso que se llamara ‘encuentro de dos mundos’ porque al decir encuentro, participan dos y en un descubrimiento se puede decir: ‘Yo te descubrí’, como descubrir esa piedra y los indios no eran piedra, hablaron la visión de los vencidos”, señaló.
El historiador y antropólogo fue reconocido por su trabajo para entender y revaluar la literatura náhuatl de la era precolombina a la actualidad, y por su contribución para descubrir las obras de Fray Bernardino de Sahagún, fuente primaria sobre la civilización Azteca, a quien el investigador emérito de la UNAM consideró “primer antropólogo de los nahuas”.
“Hoy nadie pone en duda que don Miguel es uno de los grandes historiadores del siglo XX. [Fue] una voz sonora en la defensa de los pueblos indígenas durante más de 60 años”, dijo Ramón María Serreras, quien propuso la candidatura de León-Portilla.
Como testigos de la investidura estuvieron los ex rectores de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, José Sarukhán, Guillermo Soberón, Octavio Rivero y Pablo González Casanova; integrantes de la Junta de Gobierno; funcionarios de la embajada de España en México, así como autoridades de diversas instituciones de educación y antropología e historia.
Durante la ceremonia solemne, el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, definió a León-Portilla como “una leyenda y toda una institución” y destacó que como historiador y filólogo “dió voz a los vencidos y creó, a través de sus estudios de la poesía, las lenguas y la historia indígenas, una nueva forma de literatura.
Agradeció a su homólogo Miguel Ángel Castro Arroyo por acudir a México para presidir la ceremonia y dijo que para la UNAM es un honor recibirlos “para celebrar la generosa sabiduría de uno de los intelectuales más prestigiados de México”.
En la ceremonia se destacó que León-Portilla es uno de los historiadores más importantes del siglo XX quien dedicó su vida de erudito a dar voz “a los sin voz”, a los indígenas.
Para el reconocimiento, de manera inédita el Rector Magnífico de la US, Miguel Ángel Castro Arroyo; la secretaria general, Concepción Horgué Baena; el vicerrector de investigación, Julián Martínez Fernández; el decano de la Facultad de Geografía e Historia, Javier Navarro Luna, entre otros académicos de esa casa de estudios, se trasladaron a las instalaciones de la UNAM para entregar las insignias del doctorado número 30 que recibe a largo de sus 90 años de vida.
“Quiero expresarle en nombre de mi universidad nuestro mayor agradecimiento al admirable profesor, al brillante historiador, al historiador de las voces sin voz, al escritor sensible, al filólogo erudito y al admirable antropólogo que con generosidad y cariño ha aceptado la invitación para formar parte del nuestro claustro de doctores”, afirmó Castro Arroyo durante la sesión solemne.
“Nuestro recorrido de cerca de 9 mil kilómetros de distancia fue para sumarlo con orgullo a usted, doctor León-Portilla, a nuestro claustro, pero también para que nuestra universidad se una en lo académico, histórico y universal a la UNAM.
“Hoy celebramos más que la investidura del admirable filólogo y antropólogo mexicano, la alianza de dos grandes universidades alrededor de su gran figura. Hoy nos aliamos para trabajar por un mundo más sabio, justo y respetuoso. Un espacio en el que todas las lenguas y sensibilidades tengan su sitio”, aseveró.
Tras recibir el Libro de la Ciencia, la medalla, el birrete laureado, el anillo y los guantes propios de la investidura como honoris causa, León-Portilla expresó su gratitud a la US.
Reflexionó sobre las conexiones entre México y Sevilla a partir de las obras de Nicolás Monardes desde la farmacología; Bartolomé de las Casas, con la defensa de los indígenas, y Antonio de Lebrija, sobre la gramática de la lengua castellana. Sevilla, agregó, es la puerta hacia el nuevo mundo y repositorio de las relaciones de España con Iberoamérica.
Sevilla, dijo el historiador, también cambió su vida, puesto que en 1964, durante un congreso internacional de americanistas, conoció a su compañera de vida: Ascensión.
Previamente, Ramón María Serreras, padrino del doctorando, destacó que el autor de La Filosofía náhuatl y Visión de los vencidos es de los intelectuales de mayor prestigio de México y uno de los más grandes historiadores del siglo XX.
Su producción académica abarca cerca de medio centenar de libros, 31 de ellos traducidos a idiomas distintos al español. Cuenta también con más de 500 artículos de investigación y más de 30 doctorados de universidades como las de Tel Aviv, Complutense de Madrid, Alcalá de Henares, Universidad de Carolina, de Praga, de Guadalajara, Boliviana de Venezuela, de La Habana, Autónoma Metropolitana y Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, entre otras.