Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación Pública, demostró su destreza pambolera al echarse “una cascarita” con el capitán de Pumas de la UNAM, Darío Verón, durante una visita que realizó el funcionario a la Escuela Primaria Chipre, en la Ciudad de México. Al final, el marcador fue 2–1 a favor del universitario.

El titular de la SEP, no es el único servidor público que ha mostrado su gusto por el futbol, en agosto del año pasado, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, jugó con algunos niños de León, Guanajuato, para estrenar la cancha del Centro de Prevención Social de la Violencia y Delincuencia que recién había inaugurado.

En junio de 2016, cuando José Antonio Meade se desempeñaba como secretario de Desarrollo Social visitó el Centro Comunitario de la colonia Gertrudis Sánchez, en Morelia, Michoacán, ahí organizó un partido en el que participaron el gobernador de la entidad, Silvano Aureoles, la titular del Instituto del Deporte, Edna Gissel Acevedo y el director general de Liconsa en México, Héctor Pablo Ramírez Puga.

También en Tamaulipas, el gobernador de la entidad, Francisco García Cabeza de Vaca, fue partícipe de un encuentro de balompié con niños de la Casa Hogar del DIF en Ciudad Victoria a la que acudió hace seis meses. El mandatario panista compartió fotografías de la cascarita a través de sus redes sociales.

Otro gobernador que ha salido de sus oficinas para jugar futbol llanero ha sido el de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, quien en julio pasado participó en “una reta” organizada por los maestros de la Coordinación de Regiones. El mandatario jugó como delantero y tuvo la fortuna de anotar para que al final el marcador quedara 2–0 a su favor.

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