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Estrategia en Línea
En la era de la posverdad y con la fama de los hechos alternativos impulsada por el equipo del presidente @realdonaldtrump, la estrategia en línea es el arte de la política en otros medios; aunque en el espectro actual política, guerra y redes sociales, se confunden fácilmente. Pero para un investigador acucioso y esmerado, siempre será fácil identificar, tarde o temprano, las huellas de quien desata los ataques.
Como en el caso de Quintana Roo, cuyo gobierno de alternancia ha sido objetivo de ataques con noticias falsas, con la clara meta de desviar la atención de los escandalosos casos de corrupción y enriquecimiento ilícito de la pasada administración.
El camino recorrido por los orquestadores de esta campaña podemos identificarlo claramente desde el pasado mes de enero, cuando debido al ambiente enrarecido en el país por las manifestaciones en contra del aumento gradual de las gasolinas ocasionó que ciertos grupos aprovecharan la confusión para realizar saqueos.
Los días 5 y 6 de enero de 2017, cuando se llevaron a cabo las manifestaciones contra el gasolinazo, en redes sociales se manejó información falsa sobre saqueos y toque de queda en Chetumal y Cancún, asegurando que un grupo de tabasqueños asaltaría cajeros automáticos y centros comerciales.
Desde luego que estos rumores tenían el claro objetivo de mandar el aviso que la población no estaba bien resguardada por las actuales autoridades.
Posteriormente, el 16 y 17 de enero de este año, durante los hechos del Blue Parrot y el ataque a la Fiscalía de Cancún, de nueva cuenta en Twitter y Facebook, se difundieron “noticias” sobre supuestos como: warning (es decir una alerta de Estados Unidos para que sus ciudadanos no viajen a los lugares señalados), suspensión de clase, toque de queda y la militarización de Cancún.
Sin embargo una investigación a fondo de Estrategia En Línea nos permite dar a conocer que detrás de estos ataques se encuentran cuentas claramente identificables como parte del instrumento para tratar de generar psicosis entre la población.
Entre las cuentas donde se origina contenido que no puede verificarse o con matices alarmistas y que después es replicado por bots y equipos de inducción destacan: Grupo Sol Quintana Roo, Agencias Quintana Roo, Miguel Castorena, Yegri Pardieu, La República Peninsular, Luis Antoni Bautti, Lester Cruz, Frank Charlie Ibarra Varela, Janet Díaz, Que todo Chetumal se entere, Tolva Carlos Rivera Can, Patatuchi Pepi Chim.
Recientemente un reportaje publicado en un medio de circulación nacional, destaca que el ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, era considerado el rey de las redes sociales. Borge construyó una amplia infraestructura de redes sociales, no sólo para la promoción permanente de su imagen, sino que se crearon miles de trolls y bots para atacar a sus enemigos, entre ellos políticos y periodistas.
Esta infraestructura de redes, se dice, estaba comandada por César Mortera y Lino Magos. César Mortera Egremy, autoproclamado presidente del Movimiento Nacional de Cibernautas del PRI en Quintana Roo está documentado que cobraba en tiempos de Borge 50 mil pesos quincenales. Más que lo que recibían formalmente muchos funcionarios del llamado gabinete legal o ampliado, por crear bots para la guerra sucia en redes sociales.
Googleando el nombre de Cesar Mortera aparecen historias más turbias, mismas que no replicaremos hasta no comprobar su veracidad. Por su parte, Lino Magos Acevedo fue titular del Instituto de la Defensoría Pública del estado de Quintana Roo en tiempos de Roberto Borge Angulo, cargo al que supuestamente tuvo que renunciar debido a las presiones por haber encarcelado a un activista social. Pero Magos Acevedo se conocía más por usar recursos públicos para atacar a disidentes en redes sociales que por sus funciones en la administración pública.
Esta táctica empleada en el pasado por los estrategas de Borge, parece ser que es la misma que se está utilizando para crear un falso ambiente de violencia y desolación en uno de los principales destinos turísticos de México y el mundo: Cancún.
En su desesperada y obvia intención de desestabilizar y golpear así a la actual administración, que ha iniciado toda una serie de procesos administrativos y legales, para acabar con la corrupción y los cotos de poder dejados por Borge, los criminales dejan huella por donde pisan, aunque crean que lo hacen en el anonimato de las redes sociales: nodos conversacionales, registros de dns, servidores, direcciones IP, todo está a un click de distancia para encontrar a los responsables.
Pero no solo es un trabajo de la autoridad, es responsabilidad de los usuarios encontrar el equilibrio entre las mentiras que emocionalmente queremos creer y las notas y hechos objetivos y verificables, en aras de mantener una autorregulación de las redes y evitar a la autoridad la tentación de incidir en los pocos espacios de expresión democráticos y abiertos que mantenemos hoy: el internet.