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El presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), Graco Ramírez Garrido Abreu, dijo que los mandatarios preparan un código de ética ante los casos de corrupción que han protagonizado diversos jefes del Ejecutivo estatales.
La solución al problema de desvío de recursos y bienes patrimoniales de los gobiernos estatales debe darse en el ámbito de la ética, de compromisos que asuman los mandatarios, afirmó el Ejecutivo de Morelos.
Entrevistado en el Senado, Graco Ramírez dijo: “Estamos construyendo un acuerdo de ética, de compromiso y de respeto a las instituciones”.
Indicó que cuando Javier Duarte estaba en el ejercicio de gobernador acusó que el veracruzano “estaba saqueando el estado”, y lo sostuvo cuando le hizo reclamaciones a sus declaraciones en el sentido de que el ahora detenido por la justicia actuaba con una actitud irresponsable y ostensible de abuso con recursos y con el patrimonio públicos.
Como presidente de la Conago, Ramírez Garrido Abreu sentenció que “gobernador que meta las manos, lo tiene que pagar”, si bien quienes tienen un apego a la ley deben ser reconocidos, “porque no todos somos iguales”.
Desde luego, se deben realizar las mejores prácticas de transparencia, alentar el sistema anticorrupción, “y todos [los gobernadores] a rendir buenas cuentas”. Los mejores gobiernos practican mayor transparencia”.
El titular de la Conago destacó la importancia de abatir la impunidad, “porque si no hay castigo, entonces se puede hacer [la transgresión a la ley], y si no pasa nada, hay el incentivo para seguir haciéndolo”.
Se debe tener presente que de actos de corrupción y abusos puede haber consecuencias y, en el caso de Javier Duarte de Ochoa, quien fue diputado, secretario de Finanzas y gobernador, con una sentencia de 50 años, ello significa que va a acabar su vida en la cárcel”.
Sobre las acciones de la Conago frente a los gobernadores que se aparten de la ley, Ramírez Garrido Abreu aclaró que la conferencia “no es instancia de fiscalización de uso de recursos, es una instancia plural de la expresión de los gobiernos locales, en la que tratamos temas de políticas públicas, así como cuestiones del pacto federal en lo que nos corresponde como gobernadores”.
En el caso de los visos de corrupción de Duarte de Ochoa, lo que pudo hacer Graco Ramírez fue a título personal, como señalamiento propio.
“La impresión personal que tenía sobre la conducta de ese gobernador la expresé públicamente siendo gobernador”, dijo Ramírez Garrido.
