El nuevo embajador de México en Estados Unidos, Gerónimo Gutiérrez, tiene entre sus objetivos reforzar los contactos de la embajada que dirige con el Congreso estadounidense, con el fin de promover también en el legislativo las prioridades del Gobierno mexicano, dadas las tensiones con el Ejecutivo de Donald Trump.
Gutiérrez, quien llegó el pasado miércoles a Washington, entregó hoy en el Departamento de Estado las copias de sus cartas credenciales, lo que le permite empezar sus contactos en casi todos los niveles del Gobierno estadounidense, además de en el Congreso.
"Lo que se viene haciendo (en la embajada mexicana) me parece correcto, claramente hay que reforzarlo, y yo lo que quiero poner énfasis es el contacto muy fuerte con el legislativo", dijo Gutiérrez a los periodistas al salir del Departamento de Estado.
Ese contacto con el Congreso, añadió, no solo se limitará "al ámbito del diálogo político", sino que pretende "que haya conciencia de la situación y del miedo que tienen nuestros connacionales" mexicanos ante los planes migratorios del Gobierno de Trump.
"Vamos a estar trabajando por supuesto muy, muy fuerte y abriendo todas las puertas que nos permitan en el Congreso de los Estados Unidos, explicar con toda claridad cuáles son las posiciones y preocupaciones de nuestro Gobierno, qué es México y qué no es México, y por qué somos importantes para los Estados Unidos", aseguró.
Gutiérrez entregó hoy la copia de sus cartas credenciales a la jefa de protocolo en funciones del Departamento de Estado, un trámite que no incluyó conversaciones sobre la relación, según dijo.
El diplomático de 46 años ya puede mantener reuniones con muchos funcionarios estadounidenses, pero todavía no con los miembros del gabinete de Trump, un privilegio para el que deberá esperar a que el mandatario le reciba en persona y acepte sus cartas credenciales.
Gutiérrez destacó que, dentro de sus objetivos en Washington, "el primero sin duda es la protección de nuestros connacionales aquí, independientemente del estatus migratorio".
Aseguró, además, que la Cancillería y los consulados se han implicado en "todos los casos emblemáticos", como el de Daniel Ramírez Medina, un indocumentado mexicano que, pese a estar protegido por el programa DACA de alivio migratorio, fue detenido en febrero en Seattle (Washington).
"Tenemos tres tareas fundamentales: que se siga el debido proceso; segundo, por supuesto, derechos humanos en toda su extensión, y tercero, facilitar el conocimiento y la experiencia para aquellos connacionales que pueden tener oportunidad" para recibir un alivio migratorio para quedarse en Estados Unidos", dijo Gutiérrez.
El embajador valoró también las declaraciones de Trump, quien la semana pasada expresó su apoyo a una reforma migratoria en caso de que tanto demócratas como republicanos hagan "concesiones".
"Ni los Estados Unidos y su Gobierno, ni México y su Gobierno nos podemos sentir satisfechos con cómo se maneja hoy el fenómeno migratorio. Hay que valorar cualquier esfuerzo y cualquier expresión a favor de mejorar el marco migratorio entre los dos países", sostuvo.
Preguntado por la posibilidad de que el Gobierno de Estados Unidos expulse a México a los inmigrantes indocumentados de cualquier nacionalidad para que tramiten desde allí sus peticiones de asilo, Gutiérrez subrayó que las repatriaciones deben hacerse dentro del ámbito "legal" y el respeto "a los derechos humanos".
"Tiene una dimensión regional el fenómeno migratorio, y es muy importante que trabajemos con nuestros amigos centroamericanos, México, Estados Unidos y Centroamérica (...). Veo que hay bastante eco a ese planteamiento aquí" en Estados Unidos", opinó el embajador.