Más Información
Sheinbaum perfila a Pedro Ortega como encargado de Atención a Personas con Discapacidad; “conoce muy bien el tema”, dice
Sheinbaum: Si trabajadores mexicanos dejaran de consumir en EU, economía se contraería en 1% del PIB; destaca contribución de migrantes
Sheinbaum niega recortes a Institutos Nacionales de Salud; “presupuesto no disminuye, está integrado en IMSS Bienestar", asegura
INAI instruye a Pemex dar información sobre pago de pensión “post mortem” de extrabajador; no ha sido entregada desde 2014
Sheinbaum celebra que programas de Bienestar ya son derecho constitucional; se publicarán en el DOF este lunes
Sheinbaum rechaza intervención de Ejército de EU en México para combatir cárteles del narco; “no estamos de acuerdo en una invasión”
justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
En México, la población afrodescendiente sufre discriminación estructural al carecer de reconocimiento constitucional y ser la que tiene menor acceso al cumplimiento de derechos humanos como servicios de salud y educación.
Pese a no ser una población tan pequeña como se esperaba, los afromexicanos han sufrido una discriminación estructural de manera reiterada, misma que se expresa en la falta de políticas públicas dirigidas a este sector e inclusive en la manera en que son representados en los libros de texto por medio de caracterizaciones.
“La discriminación estructural se da no necesariamente porque una persona quiera discriminar a otra de manera voluntaria: se da reiteradamente en el tiempo”, dijo Alejandra Haas, titular de Conapred.
“Durante más de un siglo hemos vivido con esta idea de que México es un país mestizo, lo que sirvió para construir una identidad de nación que fue pertinente en su momento, pero que ha invisibilizado la enorme riqueza cultural y étnica que tiene el país en detrimento de las etnias indígenas, pero a ningún otro grupo invisibilizó más que a los afromexicanos, quienes no aparecían ni siquiera en las estadísticas nacionales”.
Esta población es la que sufre mayor discriminación para el ejercicio de derechos básicos, como acceso a servicios de salud y educativos. Uno de los grandes obstáculos que enfrentan estas personas está relacionado con que no existe reconocimiento constitucional de esta minoría étnica.
Uno de cada seis no saben leer ni escribir. Ello se refleja en que uno de cada seis afrodescendientes no saben leer ni escribir, cifra que es casi tres veces mayor a la tasa de analfabetismo a nivel nacional.
En seguridad social, 76% afrodescendientes están afiliados al Seguro Popular y no al IMSS o al ISSSTE, lo que implica para ellos una menor cobertura en servicios de salud. A nivel nacional, 41% de los mexicanos tiene seguridad social. En cuanto a ingresos, mientras que la media nacional indica que 30% de los mexicanos perciben más de tres salarios mínimos, para esta minoría étnica, sólo 15% tienen este ingreso.
Durante la presentación del estudio Perfil sociodemográfico de la población afrodescendiente en México, que elaboraron el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred). La encuesta se realizó en los 100 municipios seleccionados donde al menos 10% de su población se considera afrodescendiente.
Estos datos revelan que en México viven un millón 381 mil 853 personas que se reconocen como afrodescendientes. Representan 1.2% de la población total del país. Guerrero es la entidad que tiene la mayor proporción de afrodescendientes, con 6.5%; le siguen Oaxaca con 4.9% y Veracruz que registró 3.3% de su población que se reconoce con este origen étnico.