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politica@eluniversal.com.mx
La disputa por la coordinación de la bancada del PRD en el Senado llega al pleno. Y en la tercera fila, en la que ocupaban escaño, codo con codo, Miguel Barbosa Huerta y Dolores Padierna Luna, este día ocurre un enroque de posiciones. Ya no volverán a aparecer uno al lado del otro.
Jugada de ajedrez político. El poblano se corre a la izquierda, al escaño del pasillo, el número 35, de Fidel Demédicis, quien se mueve un lugar al centro, el número 36, originalmente de Raúl Morón Orozco. El profesor michoacano se va al sitial 40, que ocupó desde el primer día Barbosa Huerta.
Padierna Luna se queda en el mismo escaño. El hecho es que ese enroque fue ocurrencia de los barbosistas, y así la vicecoordinadora del grupo perredista no fue tocada en el reacomodo político.
Nadie la ha visto entrar ni salir. La mesa de trabajo de Padierna en el pleno quedará intacta este día, el primero en el que Raúl Morón es proclamado por los suyos como su líder. Pero él tampoco llega al escaño. Allí un aparato telefónico de escritorio posibilita la intercomunicación con los otros coordinadores parlamentarios y con el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Alta.
Así, esta vez, los perredistas en el salón de sesiones no tienen timoneles a la vista. Las dos curules están vacías. Pero no hay desconcierto. En los temas a votación, los senadores de la bancada de izquierda tienen reservado su turno para intervenir. Parece que están en calma.
En esa fila, la tres, lado izquierdo, también habitan Alejandro Encinas, quien trabaja con papeles, recibe llamadas y saludos de sus colegas. Benjamín Robles completa la formación. Allí se encuentran en sus tareas individuales.
Fuera del salón de sesiones, Raúl Morón, reconocido por los suyos como coordinador del grupo, encabeza una conferencia de prensa. Lo arropan Luz María Beristain Navarrete, Fidel Demédicis Hidalgo, Iris Vianey Mendoza, Luis Humberto Fernández Fuentes y Zoé Robledo. Defienden el proceso del relevo sorpresivo de Barbosa Huerta.
Un piso abajo, fuera de sus oficinas, el presidente del Senado, Pablo Escudero Morales (PVEM), es interceptado por los periodistas y les dice que “no hay coordinador”.
Miguel Barbosa Huerta, sin embargo, está a sus anchas en su escaño de la orilla izquierda. Pero sigue en el centro de la atención. Allí atiende al mismo Emilio Gamboa Patrón, coordinador de los priístas. Escucha al yucateco sin agobio.
Dolores Padierna no se ha presentado en el salón de sesiones. Ha salido de las instalaciones del Senado y ya regresó y se encuentra en su oficina, al centro de la cual luce un retrato de Sor Juana Inés de la Cruz. Vicecoordinadora y encargada provisional de la coordinación, por mandato del CEN del partido.
A su estilo, Barbosa disfruta en el salón de sesiones su nueva posición. Ríe, saluda, prueba botana de un vaso desechable, se acomoda en pose relajada en el sillón. Lugar de paso, ese escaño, el 35, tiene comodidades que no se repiten en todos los escaños. Cuenta con una extensión de mesa a la derecha. Es como ampliar al doble la mesa de trabajo de los senadores.
Pasa Dionisio Meade, el representante del Banco de México (Banxico) en el Senado; llega y expresan sus respetos, el presidente de la Comisión de Hacienda, José Yunes Zorrilla (PRI); el integrante de la Comisión de Administración del Senado, Jorge Luis Lavalle (PAN).
El nuevo escaño, el de senador raso, parece más estratégico, aunque el de coordinador, al centro de la sala, permite el tránsito hacia y desde la izquierda y la derecha. En los días de sesiones apasionadas, los gritos se escuchan mejor desde el sitio del timonel.
Así fue en aquellos debates, en los que Barbosa y Padierna compartían la responsabilidad de la conducción política del PRD en el Senado.
Esta vez, Dolores Padierna ha estado en su oficina, y allí le llegan reportes de los movimientos de Barbosa y Morón, y le confirman que Escudero ha dicho que solicita a la Comisión de Reglamentos su opinión sobre quién es el coordinador.
Escudero Morales pidió una opinión de qué hacer, quizá como Pilatos que no quiso ser como Salomón en decidir quién es el coordinador del PRD.