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En diversos espacios —desde redes sociales hasta conferencias de prensa— Pablo Gómez Álvarez, uno de los fundadores del PRD, ha señalado la supuesta intromisión en la vida partidaria del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, a quien acusa de haber comprado al partido.
Sin embargo, antes de las críticas, en el año 2014, Gómez trabajó en el gobierno de Mancera, donde cobró hasta 91 mil pesos mensuales brutos.
En esa etapa no hay registro de posturas críticas de Gómez hacia el jefe de gobierno.
Documentos en poder de EL UNIVERSAL detallan que Gómez Álvarez firmó un contrato de tres meses —del 1 de julio al 30 de septiembre de 2014— por un total de 273 mil pesos (brutos) por el concepto de apoyo en servicios en actividades sustantivas, sin especificar la labor que desempeñaba en la jefatura de gobierno.
De acuerdo con fuentes cercanas a la administración capitalina, hay otros dos contratos similares por tres meses y una cantidad similar, que sumarían 819 mil pesos.
El Desglose de Contratos de Prestaciones de Servicios Ejercicio 2014, de la Secretaría de Finanzas de la Ciudad de México, señala que Gómez fue contratado tres meses por honorarios asimilables a salarios, con cargo a la partida 1211.
Perredistas precisaron que Gómez era asesor en la jefatura de gobierno de Mancera.
Después de su labor en el gobierno capitalino, el ex senador fue nombrado —el 10 de noviembre de 2014— representante del PRD ante el Instituto Nacional Electoral (INE), en la gestión de Carlos Navarrete como presidente del partido.
Gómez Álvarez defendió al PRD ante el INE durante 20 meses, en los procesos electorales locales de 2014, en el de diputados federales y gobernadores de 2015 y en los comicios locales y gubernaturas de 2016.
Sin embargo, uno de los enfrentamientos más fuertes de Gómez con Mancera fue en julio de 2016, cuando decidió competir por segunda vez —la primera la ganó en 1999— como candidato a la presidencia nacional del PRD, contra Alejandra Barrales Magdaleno, cercana al jefe de gobierno.
En el consejo nacional del 16 de julio del año pasado, Gómez dio un discurso en el que señaló una imposición de Mancera para colocar a Barrales en la dirigencia nacional: “No estamos frente a la libre elección de una persona, hasta entonces alta funcionaria pública, sino ante una imposición”, dijo.
Durante esa reunión perredista, Barrales Magdaleno fue electa presidenta del PRD por 264 consejeros. Pablo Gómez sólo obtuvo 58 votos.
El resultado de la elección de Barrales fue la renuncia de Pablo Gómez a la representación del sol azteca ante el INE, ocurrida el 18 de julio de 2016, un par de días después. Su lugar actualmente lo ocupa Royfid Torres González, funcionario del gobierno de Mancera y ex asistente de Barrales cuando fungía como secretaria de Educación Pública de la capital.
En su carta de renuncia, Gómez acusó una falta de independencia política de la dirigente nacional, pues dijo que su circunstancia obedece a un poder ajeno e incluso a los adversarios políticos del partido.
“Mi decisión no se debe al hecho de haber sido infructuosamente propuesto para el cargo de presidente nacional, sino al insólito hecho de que políticos empoderados decidan quién debe ocupar la presidencia del partido. Todos sabemos que Barrales fue señalada por el jefe de gobierno [Mancera], como la persona que debía ocupar el cargo de presidenta”, expuso.
El nombre de Pablo Gómez aparece en el Desglose de Contratos de Prestaciones de Servicios Ejercicio 2014.
Declaraciones recientes. En el artículo “Mancera compra al PRD”, escrito por Pablo Gómez y publicado en EL UNIVERSAL el 9 de marzo, el perredista relata que Mancera se ha apropiado de la dirección del PRD en la Ciudad de México, así como de la conducta política de la corriente Alternativa Democrática Nacional (ADN), dirigida por Héctor Bautista; que impuso a Barrales en la dirección nacional y ha posicionado a Héctor Serrano como un operador político dentro del PRD.
En una reciente confrontación, Pablo Gómez ofreció una conferencia junto a la corriente Militantes de Izquierda, en la que aseveró que en el PRD hay dos aspirantes presidenciales poco competitivos: Mancera y Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán.
Ambos, dijo, para buscar que la izquierda no se una y le haga “el caldo gordo al PRI y otros tres; (Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle) le harían el caldo gordo al PAN. Sería desgarrador, el PRD desaparecería”, advirtió Gómez.
En redes sociales también ha cuestionado las aspiraciones de Mancera —como aspirante externo del PRD—, pero sobre todo que no haya libertad en el partido para dar el respaldo a otros externos, como Andrés Manuel López Obrador.
“Ya hay un candidato —Miguel Ángel Mancera— que busca que lo postule el PRD. ¿Se vale con Mancera pero está prohibido con Andrés Manuel López Obrador? ¿Quién explica este enredo? Nadie”, dijo.