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Querétaro, Qro.— El jefe de las Fuerzas Armadas, Enrique Peña Nieto, desciende de la tercera camioneta blindada, en la bocacalle del Teatro de la República, en cuya azotea se han dejado de ver dos francotiradores, quienes son la cereza del pastel en el complejo dispositivo de seguridad.
Un destacamento de cadetes del Colegio Militar en traje de gala escuchan el saludo del presidente Peña Nieto y los secretarios de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, y de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz, quienes han ido hasta la puerta del vehículo a recibir al jefe del Ejecutivo.
Un oficial del Ejército ha dicho al abanderado de la escolta que la bandera nacional no tiene el arreglo correcto. Rápido, el espigado cadete ha movido los pliegues del lábaro. Cienfuegos y Soberón estaban más atentos al fondo de la calle, por donde ha aparecido el convoy presidencial.
Cienfuegos se agacha para escuchar a Peña Nieto y juntos, los tres, dan los pasos que faltan para pararse frente a la bandera, que está ahí como parte de los honores al Presidente de la República. Sólo él la saluda, de acuerdo con el protocolo.
Este mediodía, en esa esquina donde hace un siglo 128 constituyentes discutieron durante dos meses la Carta Magna, aprobaron sus 136 artículos y la firmaron, Peña Nieto, Cienfuegos y Soberón saludan a la bandera.
Entran juntos al teatro que ya es propiedad de la nación, luego de que el Senado lo adquiriera, al lugar se le ha sacado brillo para la ocasión, que es celebrar los 100 años de la Constitución.
Aquí se hablará de la unidad que los constituyentes aportaron para lograr la Carta Magna, pero la República no está reunida, se notan las ausencias de una decena de gobernadores, de los presidentes del PAN y del PRD.
En este recinto, que parece templo con escenario tipo altar, el escudo nacional y muro de honor de los constituyentes, Peña habla de unidad y pide que ésta no sea en torno de una persona o de un gobierno, sino en los valores de la Constitución.
Ya de salida, saludará a gran parte de los invitados que tienen luneta allí. Un grupo de senadoras se toma fotos con el Presidente de la República, y le dice a Lilia Merodio Reza, de Chihuahua, que la unidad debe de girar no en alguien sino en México. “Le damos nuestro apoyo y cuente con nosotros en el Senado”, le dicen a Peña.
En esas ausencias destacan las de los gobernadores Jaime Rodríguez Calderón, de Nuevo León, y Javier Corral Jurado, de Chihuahua; pero están presentes y hacen guiños al secretario de Hacienda, José Antonio Meade, los de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares; de Durango, José Rosas Aispuro, y no se diga el anfitrión, Francisco Domínguez Servién, quien en la lista de saludos incluyó a su esposa e hijos.
El presidium da espacio a 12 personalidades y el Presidente; están representados los poderes Legislativo, con el senador Pablo Escudero y el diputado Javier Bolaños; el Judicial, con el presidente de la Corte, Luis María Aguilar. Del gabinete de la crisis: Gobernación (Miguel Ángel Osorio Chong); Defensa, Marina, Hacienda (José Antonio Meade) y Relaciones Exteriores (Luis Videgaray). Completan la formación el presidente de la Conago (Graco Ramírez) y el gobernador del Banco de México (Agustín Carstens).
Luis Enrique Miranda, de Sedesol, cuando llegó fue directo al escenario. Y no lo dejaron subir. Le informaron que ahí no había lugar para él, y rastrearon su ubicación en la segunda fila, la del gabinete.
En la primera formación están el senador Emilio Gamboa Patrón, el diputado César Camacho Quiroz, el presidente del partido del PRI, Enrique Ochoa Reza; el senador panistas Fernando Herrera Ávila; el dirigente del Verde, Carlos Alberto Puente Salas; Alberto Anaya, líder del PT, y Luis Castro Obregón, del Panal.
Atrás, integrantes del Consejo Consultivo del Senado: María de los Ángeles Moreno, Diego Fernández de Cevallos, José González Morfín y Santiago Creel Miranda, cruzarán comentarios con Peña Nieto de salida hacia el vestíbulo. Ernesto Cordero Arroyo, quien no alcanzó lugar abajo, observa todo desde un palco.
Luego de la formalidad de festejar la Constitución, Peña Nieto agradece a las Fuerzas Armadas, que “nos dan lo mejor de sí”. Y todo el teatro desgrana un cerrado aplauso, el de mayor vigor de este momento, en reconocimiento al Ejército, Armada y Fuerza Aérea.
La celebración tuvo a las Fuerzas Armadas en el centro de la atención de las instituciones.