A cuatro años de la detención de Elba Esther Gordillo, la semana que inicia podría ser definitiva para que se autorice la prisión domiciliaria en el proceso penal que se sigue en su contra por lavado de dinero, por mil 978 millones de pesos, y delincuencia organizada.
El Quinto Tribunal Colegiado en materia penal en la CDMX concedió, la semana pasada, un amparo a Elba Esther Gordillo Morales para que se revise la solicitud de prisión domiciliaria.
La defensa de Gordillo Morales ha señalado un departamento ubicado en la zona de Santa Fe como el que se ha acreditado ante juzgados federales, para que la ex presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) pueda continuar con el proceso que se le sigue. Marco Antonio del Toro, defensor de Gordillo, aseguró que en ese lugar se tienen las medidas de seguridad necesarias para garantizar su permanencia, en las condiciones de salud que requiere a sus 72 años.
A cuatro años de su detención, al interior del sindicato su sucesor Juan Díaz de la Torre ocupa los cargos de secretario general y presidente del SNTE.
La semana pasada Díaz de la Torre se presentó ante un juez federal para lo que sería el primer careo con la ex lideresa. Sin embargo, el intercambio no se pudo realizar por la ausencia del abogado titular de la dirigente.
Mientras, Díaz de la Torre, como secretario general y presidente, tiene facultades, entre otras cosas, para manejar el patrimonio y el presupuesto del sindicato, y es el representante del mismo en las negociaciones contractuales. La situación ha permanecido así desde que Elba Esther Gordillo fue detenida el 26 de febrero de 2013 y tras la elección de Díaz de la Torre, que se realizó en Guadalajara, Jalisco.
A unos días de que se diera a conocer que se autorizará la prisión domiciliaria de quien fue acusada de lavado de dinero, al interior de las 59 secciones sindicales la expresiones “elbistas” se han mostrado en redes sociales.
Después de la manifestación pública de apoyo por parte de Rafael Ochoa Guzmán, quien fue por casi dos décadas su compañero sindicalista y ex senador por el Partido Nueva Alianza, el apoyo se virtió también a quien algunos llamaron La Guerrera, como ella misma pidió ser considerada en 2013, cuando adelantó su epitafio: “Aquí yace una guerrera y como guerrera murió”, pidió aquel 6 de febrero en el Estado de México. “Una batalla más que gana La Guerrera”, señaló el profesor Álvaro Ramírez.