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noe.cruz@eluniversal.com.mx
Antes de dejar el cargo, Claudia Ruiz Massieu alertó sobre la ola xenofóbica que se avecinaba contra migrantes, no sólo mexicanos, en Estados Unidos, a quienes ya se les conoce peyorativamente como aliens en ese país.
En un documento interno, clasificado como “Reservado” por un periodo de cinco años a partir de junio de 2016, según la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, la Secretaría de Relaciones Exteriores elevó a Estados Unidos a rango de país de “vida difícil”, similar al de regiones de otras partes del mundo como San Pedro Sula, Tecún Umán, Egipto, Etiopía, Haití, Honduras, India, Kenia, Líbano, Nigeria y Palestina.
La dependencia subrayó que en términos del Artículo 92 del Reglamento de la Ley del Servicio Exterior Mexicano, existen partes del mundo catalogadas como de “vida difícil”, en las cuales, para ser consideradas bajo ese concepto deben reunir cuando menos una de las siguientes circunstancias: la existencia de un conflicto armado, insalubridad extrema, y/o un régimen de intolerancia o discriminación manifiesta.
El pasado 9 de noviembre, antes de ser sustituida por Luis Videgaray, Ruiz Massieu tuvo en sus manos el Programa de Adquisición de equipo de seguridad, protección civil y sanidad para diversas Representaciones de México en el Exterior, elaborado por la Dirección General Adjunta de Bienes Inmuebles y Administración en el Exterior, cuyo diagnóstico para el caso del país vecino compartió con la Unidad de Inversión de la Secretaría de Hacienda, en el que señala:
“En los consulados de México en EU se ha apreciado un fuerte incremento en el ambiente hostil hacia las minorías en los últimos meses, ataques programados, marchas que fomentan la xenofobia y fuertes debates en la televisión estadounidense sobre aliens, término peyorativo hacia los migrantes, que ha mermado el ambiente cosmopolita de Estados Unidos”.
Aunado a ello, subrayó, “el proceso electoral para la presidencia se ha marcado por un ambiente de confrontaciones e incertidumbre propiciado por continuos comentarios xenofóbicos de líderes políticos, sociales y empresariales hacia migrantes hispanoamericanos, en especial sobre los mexicanos”.
Esta situación, reconoció, “se está viendo reflejada en varias de las instalaciones que ocupan nuestras representaciones en aquel país”, aunque no detalla el tipo de impacto.
Entre las representaciones diplomáticas que México tiene en la Unión Americana y que requieren ser reforzadas en seguridad destacan:
Denver, Indianápolis, Laredo, Los Ángeles, Nueva York, San Antonio, San Diego, San Francisco, Austin, Chicago, Detroit, Eagle Pass, Fresno, Kansas City, McAllen, Miami, Phoenix, Sacramento y Salt Lake City.
Terrorismo y narco. Respecto a las representaciones en Europa, refiere la complicada situación que enfrentan los países de la región, “ya que el continente vive uno de los periodos más difíciles de los últimos años, plagado de incertidumbre y miedo. Los constantes atentados terroristas, la crisis humanitaria por la exponencial migración de refugiados, los ajustes económicos y tensión política, son el eje central del día a día en la vida de un ciudadano europeo”.
También alude a la problemática común en la región que afecta a las representaciones de México en América Latina: “El incremento de la violencia. La migración forzada por narcotráfico y problemas de pobreza han debilitado el tejido social, ocasionando el surgimiento de contraculturas de un perfil agresivo y delictivo, mismas que son una amenaza constante para la ciudadanía, principalmente en la región de Centroamérica; aunado a lo anterior, la crisis política que hay en América Latina incrementó el descontento de la población y la protesta social generando bloqueos viales, ataques a comercios y encuentros agresivos con las policías locales”.
Por lo que respecta a la problemática de las sedes diplomáticas mexicanas en África y Medio Oriente, “una región que constantemente sufre de conflictos bélicos, violaciones de derechos humanos e inestabilidad en sus gobiernos, la crisis de refugiados generada por el terrorismo y las guerrillas ha incrementado los problemas de salud, tráfico de armas, trata de personas y fugas de capital.
“África, en los últimos meses, es el blanco más frecuentado por los ataques terroristas, obligando a la población y a los gobiernos a tomar medidas desesperadas, como desalojo de comunidades, alerta sanitaria y solicitud de intervención de la comunidad internacional”, agrega el documento en poder de EL UNIVERSAL.
Finalmente, menciona el ambiente de hostilidad que históricamente ha marcado las relaciones entre los países de la región de Asia-Pacífico, como una problemática de seguridad que tienen las representaciones de México, misma que ha desatado constantes expresiones de xenofobia, amenazas bélicas, migración, explotación sexual de menores y violaciones a los derechos humanos”.
Por ello y para resguardar la integridad y seguridad del personal del servicio exterior y las instalaciones diplomáticas en el mundo, la dependencia solicitó 18.4 millones de pesos para adquirir un total de 302 bienes para fortalecer la seguridad de 66 representaciones en América del Norte, América Latina, Europa, África, Asia-Pacífico y Medio Oriente.
Justificación. Jenny Carolina Farías García, directora general adjunta de Bienes Inmuebles y Administración en el Exterior de la SRE, y responsable del proyecto, subrayó que la solicitud de recursos obedece “al nivel de inseguridad detectado en muchos países donde México tiene una representación diplomática, que es originado por diferentes motivos tales como conflictos armados, conflictos sociales, terrorismo, alta criminalidad, robos a casa-habitación, entre otros”.
Advirtió que “en las condiciones actuales de las representaciones, no es posible prestar una adecuada y eficiente atención a los connacionales que acuden a las oficinas, ya que no se cuenta con el equipo de seguridad, protección civil y sanidad idóneo para llevar a cabo la prestación de los servicios públicos ni los trabajos de representatividad que realizan las embajadas, consulados, secciones consulares, delegaciones, oficinas de representación e institutos culturales de las distintas adscripciones”.
Esta situación, detalló, dificulta la expedición de documentos oficiales como matrículas consulares de alta seguridad, pasaportes, registros de nacimiento, registros y actas de defunción, certificados de petición de partes, visas B, poderes y testamentos, entre otros, además de la atención y asesoría jurídica, búsqueda y repatriación de personas vulnerables, así como las actividades administrativas que se desprenden de las funciones consulares de cada representación.
En su diagnóstico, la Dirección General Adjunta de Riesgos de la Cancillería estima que existen amenazas —conflicto armado, terrorismo, disturbios civiles y/o desastres naturales—, en las que el nivel de crimen es extremo, por lo que es necesario proveer de los mecanismos de seguridad necesarios para salvaguardar la integridad tanto de los titulares de las representaciones de México en dichos países, como del personal que labora en las mismas, de los connacionales que asisten a realizar trámites y de los visitantes que llegan invitados por los funcionarios mexicanos adscritos en esos países.
Los recursos, sin embargo, le fueron negados por razones presupuestales, pues dicho programa no se integró al Paquete Presupuestal de 2016 ni de 2017.