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Por unanimidad, el pleno del Senado de la República aprobó la creación de un grupo de trabajo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) que dará seguimiento a la relación bilateral con Estados Unidos y trazará una estrategia de acción frente al gobierno de Donald Trump, y diseñará una “agenda marco” de temas legislativos de relevancia en la coyuntura binacional.
Las reuniones de este grupo de legisladores y funcionarios se llevarán a cabo en la sede del Senado, y en los casos que se considere conveniente, la temática de la relación de México y Estados Unidos podrá ser abordada en las comisiones legislativas.
El mecanismo acordado entre el Senado y la Cancillería, con el nombre de “Grupo de trabajo que dará seguimiento a las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos de América”, tendrá la capacidad de llamar a comparecer a secretarios del Ejecutivo y funcionarios federales, en comisiones y ante el pleno, incluso.
La asamblea senatorial aprobó el acuerdo que le envió la Junta de Coordinación Política (Jucopo), que es el órgano de gobierno del Senado, y en el que se establece que en el grupo de trabajo participarán los senadores que sean designados por sus líderes, “de acuerdo con la temática y criterios de oportunidad”.
En el grupo, por parte del Senado, tendrán participación fija los coordinadores parlamentarios Emilio Gamboa (PRI), Fernando Herrera Ávila (PAN), Miguel Barbosa Huerta (PRD), Carlos Alberto Puente Salas (PVEM), Manuel Bartlett Díaz (PT), así como Miguel Romo Medina (PRI) y Lucero Saldaña (PRI), y Sonia Mendoza (PAN).
La Secretaría de Relaciones Exteriores enviará a los funcionarios que considere pertinentes, y el gobierno federal estará atento para que concurran los secretarios y funcionarios del gabinete ante comisiones, órganos de gobierno y el pleno senatoriales.
Es la primera ocasión que se integra un mecanismo de trabajo entre el Ejecutivo federal y el Senado, cámara del Congreso con facultades para analizar la política exterior.
El acuerdo aprobado por el pleno hace hincapié en que este grupo “construirá la estrategia del Estado mexicano en su relación con Estados Unidos, bajo los principios constitucionales”.
En ese sentido, el Ejecutivo tiene la facultad exclusiva de dirigir la política exterior bajo ocho principios: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.
