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Miguel Ruiz Cabañas Izquierdo, subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), afirmó que hoy, como hace 50 años, cuando se consolidó el Tratado de Tlatelolco, la diplomacia mexicana sigue engarzada en promover la paz y la estabilidad en América Latina y El Caribe pero los retos son otros.
“Estamos muy comprometidos con tratar de limitar al máximo el tráfico de armas pequeñas y ligeras, estamos comprometidos en la lucha contra el crimen organizado, pero el ideal es el mismo: lograr estabilidad para sociedades pacíficas y sociedades más justas”, dijo.
Al atestiguar el sorteo de la Lotería Nacional, conmemorativo del 50 aniversario del Tratado de Tlatelolco, dijo que esa estabilidad y paz deben llevar a los verdaderos fines nacionales: el desarrollo basado en el derecho internacional y la igualdad soberana de las naciones.
Acompañado por el secretario general del Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares con la América Latina y El Caribe, Luiz Filipe de Macedo Soares, y el director de la Lotería Nacional, Pedro Pablo Treviño, el embajador Ruiz Cabañas agradeció, a nombre del canciller Luis Videgaray, el homenaje al Tratado de Tlatelolco.
Aseguró que este evento, desarrollado anoche en el Salón de Sorteos del edificio El Moro, sede de la Lotería Nacional, conjunta dos grandes ideales: la solidaridad para con la asistencia pública y el trabajo de los diplomáticos mexicanos dedicados a defender las mejores causas del país y de la humanidad.
“Hacer un acto muy noble y hacer uso de la Lotería Nacional para conmemorar el 50 aniversario, como dijo el Presidente, de una hazaña, el 50 aniversario del Tratado de Tlatelolco, que es una hazaña de la diplomacia mexicana y de la diplomacia de toda la región de América Latina y El Caribe”, dijo.
Subrayó que el Tratado de Tlatelolco ha cumplido con su objetivo, pues no se han desarrollado ni introducido armas nucleares a la región. Dijo que este acuerdo simboliza, 50 años después de su nacimiento, el ideal de paz, de estabilidad y de amistad, entre todos los pueblos de la región, que es una gran contribución a la humanidad, pues es un tratado basado en el rechazo a la destrucción organizada, que podrían ocasionar las armas nucleares.
Ruiz Cabañas recordó que el Tratado de Tlatelolco surge cinco años después de la crisis de los misiles en 1962 impulsado por el presidente Adolfo López Mateos y operado por el diplomático mexicano Alfonso García Robles, a quien definió como “el arquitecto” de este mecanismo multinacional.
En su intervención, el director de la Lotería Nacional, Pedro Pablo Treviño, recordó la posición esgrimida por el presidente Enrique Peña Nieto en el sentido de que ningún Estado, por poderoso que sea, puede imponer su voluntad en contra de los principios forjados por la comunidad internacional.
“Ese es el espíritu de una América Latina y Caribe dignos, respetuosos de los derechos de los demás y defensores de los propios. La aportación al mundo entero que significa este acuerdo, no sólo a la región de la que forma parte nuestro país, es una de las más grandes impulsadas por la diplomacia mexicana”, destacó.