El presidente Enrique Peña Nieto advirtió que el Tratado de Tlatelolco es una prueba patente de la eficacia y vigencia de los acuerdos multilaterales y que su esencia es clara: "ningún Estado, por poderoso que sea, puede pretender imponer su voluntad en contra de los principios forjados por la comunidad internacional", dijo.

En el marco de la ceremonia por el 50 Aniversario de la Firma del Tratado de Tlatelolco, indicó que en este acto los países de América Latina y El Caribe se reafirman como una región propositiva y comprometida con la paz mundial. "Compartimos -dijo- la visión de que las relaciones internacionales deben basarse en el derecho, el respeto y el diálogo, jamás en la intimidación o el uso de la fuerza".

Durante la 25 Sesión de la Conferencia General del Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y El Caribe subrayó que si bien la región ha logrado desterrar este tipo de armamento ahora debe hacer mayores esfuerzos para alcanzar la seguridad y la paz en todas sus expresiones.

"Un gran reto es combatir el tráfico ilegal de armas, a nivel mundial 44% de las muertes violentas son provocadas por armas de fuego, cada año mueren alrededor de 740 mil personas a causa de armas pequeñas y ligeras.

"Nuestra región es una de las más afectadas por este flagelo, aunque hemos construido un andamiaje multilateral para evitar el tráfico de armas y municiones debemos redoblar esfuerzos particularmente para hacer efectivo el Tratado de Comercio de Armas", demandó.

El Presidente de México llamó a las naciones latinoamericanas a refrendar su compromiso para que la región siga siendo una zona de paz y de desarrollo, libre de armas nucleares pero también libre de violencia que continúe fortaleciéndose a través del diálogo, el derecho y la cooperación internacionales.

Agradeció el apoyo que ha recibido México en esta coyuntura internacional.

"Desde nuestra independencia los países de América Latina y El Caribe hemos estado unidos por causas e ideales, pienso en la solidaridad que se expresaron nuestros libertadores en el Siglo XIX, en nuestra búsqueda de la democracia y la igualdad en el Siglo XX, en nuestro esfuerzo común para proscribir las armas nucleares a través del Tratado de Tlatelolco.

"Hoy, nuevamente y frente a la coyuntura internacional el mundo observa nuestra unidad latinoamericana, por eso agradezco a los pueblos de América Latina y El Caribe su apoyo, solidaridad y afecto, gracias en nombre de todos los mexicanos. México es y siempre será un país orgullosamente latinoamericano y caribeño".

Asentó que los buenos amigos destacan en los momentos de dificultades y para los mexicanos "ha sido muy emotivo recibir su respaldo, es un gesto que valoramos enormemente".

Recordó que entre octubre y noviembre de 1962 la crisis de los misiles estuvo cerca de desencadenar en conflicto mundial con repercusiones inimaginables. Indicó que este episodio motivo al presidente Adolfo López Mateos impulsar el desarme nuclear.

Apuntó que le principal promotor de la no proliferación de armas nucleares en la región latinoamericana fue Alfonso García Robles, quien por ello recibió el Premio Nobel de la Paz en 1982.

"El Tratado de Tlatelolco es una de las contribuciones más contundentes, notorias y propositivas de nuestros países a la paz y estabilidad mundiales.

Medio siglo después podemos afirmar que muchos de los paradigmas sociales, económicos y políticos a nivel internacional han cambiado para bien, sin embargo hay amenazas que siguen latentes, que no han cambiado, entre ellas el poder destructivo de las armas nucleares es quizá la más grave".

Enfatizó que por ello es urgente e inaplazable avanzar hacia una norma universal de proscripción de armas nucleares. Afirmó que los países de América Latina y El Caribe están comprometidos a contribuir sustantivamente en las negociaciones de un Tratado Mundial de prohibición de las armas nucleares conforme al mandato de la Asamblea General de la ONU.

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