El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) se construye sin el seguimiento del Senado, a pesar de que hace dos años y tres meses, en septiembre de 2014, el pleno aprobó que 11 de sus legisladores se abocaran a verificar la ejecución del proyecto más ambicioso del sexenio.
Panistas, perredistas y petistas han llamado a que se integre la comisión especial que debe encargarse de dar seguimiento a la construcción transexenal sin que hayan sido atendidos sus reclamos; en tanto, el PRI, que tendría cuatro asientos en dicho comité, ha dicho que desde la Comisión de Comunicaciones y Transportes se da el seguimiento que requiere una obra de esa magnitud.
Las comisiones especiales de seguimiento tienen facultades para allegarse de información, citar a comparecer a servidores públicos, llevar a cabo visitas de observación y deben presentar informes al pleno senatorial.
El Senado ha actuado en el seguimiento de casos como el del escándalo de corrupción de Oceanografía, el fraude de Ficrea, y la violencia en Nochixtlán, Oaxaca. Estas comisiones tienden a transparentar los temas y dar espacio de expresión a sectores involucrados.
Piden instalación de comisión
Los senadores Víctor Hermosillo y Celada (PAN), así como Fernando Mayans Canabal (PTD) han insistido en que sea instalada la Comisión Aeropuerto, para lo cual requieren que PRI y PVEM designen a sus representantes, un total de cinco senadores, para que el comité se constituya y deje de ser un cuerpo fantasma que está en los registros: en el Diario de los Debates y en el listado de comisiones especiales.
La respuesta, dice Fernando Mayans Canabal, es el silencio, el abandono de las funciones del Senado de la República.
Ernesto Ruffo Appel (PAN), expone que, a falta de una comisión que revise los problemas que derivan de las obras aeroportuarias, los senadores de oposición buscan resolver irregularidades fuera de la Cámara Alta, ante el Poder Judicial con la interposición de un amparo para detener el Proyecto Hidráulico del Lago de Texcoco, básico para la ejecución de la megaobra.
El hecho es que escasamente se ha tratado en el Senado sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, “la obra de infraestructura más ambiciosa y costosa de la actual administración, con un costo aproximado de 169 mil millones de pesos”, planteaban al urgir su instalación, el 7 de abril de 2015, siete meses después de que debió abrir sus trabajos.
“Tal cantidad de dinero obliga al Senado de la República a vigilar permanentemente los diferentes procesos de licitación alrededor de esta obra. Estamos obligados a exigir al gobierno federal a que maneje con total transparencia los recursos públicos, que es dinero de todos los mexicanos”, señalaban entonces los grupos de oposición.
Alertan por opacidad
Conflictos de interés y opacidad en licitaciones, debían ser revisados desde la instancia parlamentaria, acusaban los grupos que pedían la puesta en marcha de la comisión y se referían a la contratación de la empresa estadounidense Parsons International, como gerente del proyecto del nuevo aeropuerto.
“En ningún momento se fundamentó, jurídica o técnicamente, la razón de realizar una adjudicación directa y no una licitación de un contrato de Gerencia de Proyectos a Parsons International, que supera por mucho los montos permitidos en la legislación vigente, con el argumento de tratarse de cuestiones propias de Seguridad Nacional”, exponían senadores del PAN, PRD y PT, en el punto de acuerdo de abril de 2015.
Opositores acusaban conflicto de interés, porque “en esa empresa participa el ex gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo González, tío del presidente Enrique Peña Nieto, y padre de Alfredo del Mazo Maza, ex titular de Banobras, quien administra los recursos del Fondo Nacional de Infraestructura y que aportó los recursos a fondo perdido con que se pagarán los servicios prestados por Parsons International, según el contrato, reservado hasta el 9 de octubre del 2026”.
Con esas incidencias, entre otras, la oposición urgía a la creación de la comisión, a fin de “obtener la información sobre los procesos que conlleva una obra pública de la magnitud de un nuevo aeropuerto”.
El perredista Mayans dice que el nuevo aeropuerto “es una megaobra que tiene muchas aristas, una de ellas, un gran proyecto hidráulico que se está haciendo y podría afectar a la zona de Texcoco; otra, que los comuneros de la zona se han manifestado por sus derechos y que se deben transparentar las asignaciones y licitaciones de las obras”.
Licitaciones, sin revisar
La comisión hubiera dado seguimiento, desde un principio, a las licitaciones, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y a vigilar que el proceso de desarrollo de estas licitaciones y la obra tuvieran toda la transparencia necesaria.
Por falta de la comisión, “no tenemos información de cómo se han desarrollado todos los procesos de la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que es la obra más grande y, desde luego, se le debe dar seguimiento por todo lo que se comenta de que se afecta la ecología y biodiversidad del lago de Texcoco”.
Sin embargo, señala el perredista, “no tenemos información, y no se ha visto interés del PRI y del Verde, y eso huele mal, indica que están encubriendo posibles negocios que se pudieran estar haciendo en el aeropuerto”.
“No es una comisión para buscar culpables; lo que queremos es que se hagan bien las cosas y darle certeza al pueblo de México que se están haciendo bien, con honestidad, transparencia y que las obras en las que tantos recursos se están invirtiendo serán para beneficio de todos, y a eso debe dar garantías el Senado”, establece.
Fernando Mayans agrega que “la comisión implicaría visitas al área, reuniones con las autoridades correspondientes, solicitud de información y, en un momento dado, el Senado tiene la capacidad de tener alguna gente experta que nos pudiera orientar sobre el rumbo que está tomando la obra”.
El priísta Aarón Pozos Lanz, secretario de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, dice que este órgano “atiende todos los asuntos del aeropuerto actual y del futuro aeropuerto de la Ciudad de México”.
Dijo que han tenido reuniones con varios funcionarios de la SCT y de la ejecución del proyecto, “la información que hemos recibido es que va conforme se estableció el plan. Nosotros confiamos en que vaya muy bien”.