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Juan Villoro y Javier Sicilia se encuentran en la recepción de EL UNIVERSAL. Fueron invitados para hablar sobre el país, para hacer una reflexión de lo que sucede y hacia dónde va México. ¿Tiene solución?

El último personaje en sumarse a la mesa es Cuauhtémoc Cárdenas. También llega puntual. Serio en sus observaciones como de costumbre, pero sonriente con sus interlocutores.

El escritor, el activista y el político bromean antes de empezar la transmisión. Las cámaras, sin camarógrafos; los micrófonos les ordenan quedarse sentados... el cambio en los nuevos lenguajes y formatos de comunicación.

“¿De qué se va a tratar esto?”, dice Cárdenas. Sicilia le responde que tratará sobre si México tiene solución, mientras señala la pantalla del estudio. Los tres coinciden en el pesimismo frente al papel de los gobernantes, los políticos y los partidos, pero reservan cierto optimismo para la solución.

Tal vez porque Cárdenas desempeña aún el papel del político, es a quien le toca pasar del análisis a la propuesta: formar un frente ciudadano para cambiar el país.

“Creo que en este momento, habría que decirlo y creo que lo podemos decir los tres, vamos por el poder, pero vamos a organizarnos, no para hacer presidenta a Juana o a Pedro en 2018 o 2017; vamos por el poder para cambiar la situación en el país, porque así no se puede seguir”, explica.

Ninguno de los tres vino para anunciar una organización ciudadana que represente un contrapeso para el gobierno; sin embargo, la propuesta poco a poco se va encadenando.

Los tres invitados hablan de los costos que representa no tener una ciudadanía organizada y de perdonarle a las autoridades de todos los partidos “ganar créditos con la reparación simbólica de los problemas.

“Vivimos en el país de los gobernadores en fuga, el último día de muchos gobernadores es para preparar su escape. No se hace justicia real. Se agotó el crédito del gobierno de las reparaciones simbólicas de sus chivos expiatorios”, dice Villoro.

La iniciativa improvisada es aceptada por los tres personajes que han sido importantes para la historia reciente del país. Entonces se pasa a las definiciones: con quiénes pueden conformar este frente. La respuesta es unánime: con todos.

“Yo creo con todo aquel que esté dispuesto a poner un poquito de su tiempo y un mucho de su esfuerzo”, dice el ex candidato presidencial del PRD.

“Esto es con la gente de a pie, con el ciudadano común y corriente. Cabe quien esté en organizaciones, quien no lo esté, quien defienda al medio ambiente, quien trabaja por la cultura, quien trabaja por la educación, quien trabaja por la salud y quien trabaja contra la delincuencia. La delincuencia no se va a acabar si no tenemos un gobierno honrado y no es un esfuerzo múltiple de la sociedad”, explica.

Para Villoro, el frente debería representar lo opuesto a lo que están criticando: tolerancia, inclusión, diálogo, sensibilidad: “Así debemos ser. Nosotros, no podemos tener un caudillo mesiánico que tenga siempre la razón”.

Y si no es tiempo para líderes mesiánicos, ¿un frente ciudadano no tendría que tener un representante? ¿Alguien que capitalice el descontento, que los represente en las elecciones y tome decisiones por los demás?

Javier Sicilia responde: “Yo creo que no son las épocas de los líderes; hay un montón de líderes, pero se acaban rápido, decepcionan rápido”.

Cuauhtémoc Cárdenas toma la palabra: “Que todo el mundo tome iniciativas. Yo creo que todo el mundo puede ser líder”.

De nuevo Sicilia: “Creo que ya se acabó ese tiempo”.

Villoro continúa: “Y yo creo que los líderes mesiánicos no son necesarios, incluso son peligrosos hoy en día”.

Cierra Cárdenas: “No ha habido cambio. Han cambiado las cabezas, pero sigue habiendo corrupción. A la única que no se escucha es a la gente. Yo diría que si en vez de reunirse en un cuartito para plantear soluciones que no están planteando nada, tendría que haberse abierto un diálogo nacional”.

Para Villoro, Sicilia y Cárdenas el gasolinazo fue la conclusión de la apatía, la corrupción, las malas decisiones y la deshonestidad de los gobiernos. Pero es, al mismo tiempo, una medida precedida por una insensibilidad social y grandes intereses de enriquecimiento de la clase política.

Villoro afirma que “hemos visto muchas veces que la gente reacciona más con indignación a situaciones que tocan muy de cerca su economía y sus recursos; es el caso del gasolinazo. El gasolinazo realmente ha inflamado un descontento que ya estaba ahí y tenía que ver, en ocasiones, con casos como el de Ayotzinapa.

“Ver la atrocidad que sufre el otro no siempre te lleva a actuar; sin embargo, el tema de la economía tan directo como el gasolinazo es el sentir que hay un total desprecio a al forma que está viviendo la gente”, dice.

El frente cívico queda marcado como una idea, un plan, un propósito, por primera vez el viernes 13 de enero al mediodía. Aseguran que empezarán con pequeñas acciones, que no formarán líderes y que apostarán a las soluciones ciudadanas.

“Empezando a hacer propuestas, a platicar juntos como lo hicimos aquí, a actuar con amplitud y con tolerancia. No es cuestión de descubrir el hilo negro ni de esperar convocatorias, todo el mundo podemos convocarnos, a caminar y a empujar”, afirman.

Terminan la charla y se toman fotografías con becarios, quienes les preguntan sobre política y futbol. Salen de EL UNIVERSAL por el laberinto que significa pasar por tres edificios unidos por pasadizos: “Queremos cambiar el país, pero no podemos salir del periódico”, dice Villoro; Cárdenas y Sicilia sonríen con complicidad.

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