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Especializados en la detección de explosivos, armas de fuego, droga y billetes, Claudia, Tokio, Max, Uva, Tito, Jerry I, Rosty, Lucy II y Pepe, han cumplido con su misión en la Policía Federal y luego de su jubilación es hora de buscarles un hogar.
Son nueve “oficiales caninos” que sirvieron al país y se retiran. La Federación Canófila de México será la encargada de buscarles un lugar digno donde puedan disfrutar la parte final de su vida, en un hogar donde sean tratados como se merecen.
Manelich Castilla, comisionado de la PF, dijo que llegaron 30 animales de Estados Unidos entregados por medio de la Iniciativa Mérida.
Sobre los perros en retiro se informó que después de nueve años de servicio se decidió incluir en ese grupo a Claudia, una labrador donada a través de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) del gobierno de Estados Unidos.
Su manejadora, la suboficial María del Carmen Durán y Claudia hicieron buen equipo por seis años. Ahora María espera llevarla a su casa.
Claudia es experta en detectar explosivos. Estuvo en Morelia, Michoacán, luego de los ataques del 15 de septiembre de 2008 para detectar más artefactos ante las amenazas. También en distintas embajadas y aeropuertos. Otros eventos en los que su trabajo destacó fueron en la reunión del G20 en Los Cabos, Baja California Sur, la visita en marzo de 2012 del papa Benedicto XVI, a Guanajuato, y revisiones en el Hangar Presidencial.
Tokio, un pastor belga mallinios de 13 años también se retira. Es experto en detección de drogas, armas y papel moneda, y junto con el policía segundo Rey David Villalobos Santome, hicieron buen equipo por cinco años.
La Policía Federal lo califica como ágil, confiable y muy disciplinado. Sus actividades fueron principalmente en carreteras, aeropuertos y centrales de autobuses. Dentro de sus resultados se encuentra el aseguramiento de importantes cantidades de efedrina en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Max es otro labrador de 11 años y durante sus 8 años de servicio dentro de la Unidad Canina de la Policía Federal contribuyó a importantes aseguramientos de droga, armas de fuego, cargadores y cartuchos. En sus últimos años se desempeñó como perro escuela para la formación de otras generaciones de caninos.
Uva es un pastor belga con 12 años de servicio, también fue uno de los oficiales caninos utilizados para la formación de otros perros. Participó en el operativo en Ciudad Juárez denominado Todos Somos Juárez, en 2010. La Policía Federal lo califica como un oficial con un excelente olfato, que tiene bien definidos los aromas que le permite reducir el margen de error en la identificación de sustancias prohibidas.
Tito, con nueve años de servicio, quedó en los primeros lugares en la certificación de la Asociación de Policías en Virginia Beach, EU. Por cinco años hizo buen equipo con el suboficial Carlos Luna Fernández. Estuvo presente en operativos implementados en convenciones de seguridad, embajadas, en la reunión del G20 en Los Cabos, Baja California Sur, los Juegos Panamericanos y la Convención del Clima en Cancún, Quintana Roo.
Jerry I, un pastor belga, fue donado por el gobierno de Estados Unidos y su especialidad es la detección de drogas, armas y billetes. Sus principales logros fueron en el AICM.
Rosty es labrador. Fue una adquisición que hizo la PF y no se equivocó. En 2010 participó en el curso internacional de guías caninos en detección de sustancias, desarrollado por la Policía Nacional de Colombia.
Lucy II tiene 12 años y nueve de servicio. De raza labrador estuvo sus últimos cuatro años a lado del suboficial Alfredo Aldape. Obtuvo varias certificaciones otorgadas por el gobierno de Estados Unidos y se convirtió en formador de otras generaciones.
Pepe, un labrador que sirvió nueve años participó en programas de vinculación social, y en el Operativo Mochila. Cuenta con una certificación en detección de sustancias por la Policía Nacional de Colombia.