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La violencia en contra de las mujeres es un tema muy arraigado en la cultura mexicana y para erradicarla se requiere un cambio de realidades cotidianas, consideró la titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), Alejandra Negrete.
En entrevista con EL UNIVERSAL, señaló que muchas veces el tema se ve tan normal que en varios casos conocidos y que se volvieron emblemáticos, las reacciones de la sociedad son “terribles”: se justifica la violencia, la caricaturizan, discriminan; siempre que se trata de mujeres, hay comentarios sexuales y de diversidad, entre otros.
Pero cambiar realidades cuesta mucho tiempo, lamentó la funcionaria, porque no hay una fórmula mágica para atender el tema, sobre todo cuando pasan cosas diferentes en cada lugar, como en las comunidades indígenas que se rigen por usos y costumbres, y las niñas, por ejemplo, que son vendidas. El alcoholismo y la migración también son temas que intervienen en la violencia contra este sector, dijo.
Lo que es necesario hacer es mandar el mensaje de cero tolerancia, cero impunidad y que las entidades federativas se comprometan totalmente al trabajo, porque los delitos contra las mujeres recaen principalmente en el ámbito local, afirmó.
Lo que ocurrió con la senadora Ana Gabriela Guevara (PT), golpeada recientemente por más de un sujeto, señaló Negrete, expone muy bien lo que viven muchas mujeres en el territorio nacional, por lo que es importante convertir el tema en algo público, no en tabú, no caricaturizarlo, no hacer bromas alrededor y tampoco guardar silencio, argumentó.
La titular de la Conavim consideró que México es un país particularmente complicado en el tema de violencia de género, porque se tiene una cultura machista, por ello el trabajo debe centrarse en cambiar realidades.
Actualmente en México funcionan 31 centros de justicia para atender la violencia en contra de las mujeres y están por concretarse otros en Baja California Sur, Baja California, Nuevo León, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz, recordó.
Se han comenzado a crear los Centros Especializados para la Erradicación de Conductas Violentas hacia las Mujeres y se ha pedido la creación de un Grupo Especializado para la Investigación de Violencia Feminicida, subrayó.
Un tema difícil. Existen seis alertas de género que fueron decretadas: Michoacán, Morelos, Veracruz, Chiapas, Nuevo León y en el Estado de México; y 14 solicitudes que están en espera de concluir el proceso de análisis, dijo.
“El gobierno sabe bien en dónde está parado, sabe cuáles son los retos —que son muy grandes en este tema—, tenemos estadísticas difíciles, pero también conocemos bien cuáles son las oportunidades”, aseguró.
Admitió que han funcionado bien las alertas de violencia de género y la idea es trabajar con los gobiernos estatales para generar una política estatal acorde con las condiciones que cada entidad esté viviendo.
La funcionaria añadió que la otra cuestión importante es el convenio que firmó el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con la Cámara de la Industria de Radio y Televisión para trabajar de la mano con los medios de comunicación en cuatro sentidos:
Generar contenidos adecuados que empoderen a la mujer y no la releguen; eliminar los contenidos que sí lo hacen; que se incluya a más mujeres en puestos directivos y de toma de decisiones en los medios de comunicación y cómo se hace el tratamiento de la violencia dentro de los medios de comunicación, son algunas acciones, expuso.
Advirtió que el reto más importante es el tema de impunidad en este tipo de delitos, entre ellos el perdón que otorgan las víctimas a sus agresores.
“El tema de violencia contra la mujer está tan arraigado en la cultura en México, tan arraigado en la sociedad que muchas veces parece totalmente normalizado que lo podemos ver en muchos casos que se vuelven emblemáticos, que inmediatamente las reacciones son terribles, justifican la violencia, la caricaturizan, discriminan, siempre que se trata de mujeres hay comentarios sexuales, de diversidad sexual, siempre tiene algún contenido discriminatorio y esto va generando, en el imaginario colectivo, poder justificar la violencia contra la mujer”, afirmó Negrete.