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La canciller Claudia Ruiz Massieu afirmó que sí tuvo conocimiento de la decisión de invitar al candidato republicano Donald Trump para reunirse en Los Pinos con el presidente Enrique Peña Nieto.
Al comparecer ante senadores, con motivo de la Glosa del 4to Informe de Gobierno, opinó también que “por encima de diferencias de opinión siempre legítimas y más allá de agendas particulares, nos conviene proyectarnos con una sola voz, una sola fuerza y como un país que trabaja unido por sus principios e intereses”.
En una comparecencia de seis horas, que se había pospuesto un mes, la funcionara respondió las críticas de los senadores por la invitación del gobierno de México al candidato republicano Donald Trump, en agosto.
A pregunta del senador Rabindranath Salazar (PRD) sobre cuál fue su participación en ese encuentro, Ruiz Massieu reiteró que fue la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) la responsable de entregar las invitaciones a los aspirantes presidenciales de Estados Unidos.
“Yo tuve conocimiento de esta decisión. La Cancillería fue responsable de entregar las cartas a los equipos de ambos candidatos y manifestar la voluntad del Presidente de sostener un diálogo directo, que en el caso del candidato republicano se antojaba más necesario, ya que ha expresado el desconocimiento de México, ignorancia sobre la relación bilateral y una visión estereotipada que no corresponde a la realidad de los mexicanos”, dijo.
Explicó que entre las acciones para contrarrestar los comentarios del candidato republicano, ella y funcionarios de la SRE han sostenido más de 200 reuniones con líderes políticos, empresarios, actores políticos y culturales estadounidenses, para explicar la importancia de la relación bilateral con una visión de largo plazo.
Antes, senadores del PAN, PRD y PT fustigaron severamente a Ruiz Massieu por lo que consideraron el “errático” manejo de la política exterior mexicana, pero sobre todo por el “vergonzoso” episodio que sufrió el país con la visita de Trump.
La senadora Mariana Gómez del Campo (PAN) expresó que en junio de 2015 Trump insultó a México y la Canciller respondió ocho meses después con tibieza.
“¿En qué país es eficiente una Cancillería que tarda más de 240 días en responder una ofensa grave? ¿Será acaso que el Presidente no escucha a la Secretaría de Relaciones Exteriores y encima de eso siguen pensando que fue una gran idea?”, cuestionó.
Por el PRD, el senador Zoé Robledo dijo que la política exterior se encuentra en una crisis de dignidad como consecuencia de las acciones de la actual administración “que nos han alejado de ese principio que nos definía frente al mundo”.
Cuestionó el papel de la funcionaria al frente de la SRE: “El 25 de agosto cuando se envió la carta [de invitación] a Trump, usted no sabía que lo iban a invitar; entonces alguien estaba tomando sus decisiones. Pero si usted sabía y estaba de acuerdo en que viniera a México, es igual de responsable que los funcionarios que ya renunciaron; si usted sabía y no estaba de acuerdo debió decirlo”.
En defensa de la canciller, la senadora Marcela Guerra (PRI) señaló que con Estados Unidos ha habido avances en áreas estratégicas como diversificar la agenda e institucionalizar los mecanismos de vinculación bilateral para que sean permanentes y estén por encima de coyunturas.
Dijo que se ha pasado de una agenda tradicionalmente centrada en temas de seguridad, por la “guerra de las drogas” y la migración, a otra que incluye mecanismos de vanguardia como el diálogo económico de Alto Nivel y el Foro Bilateral sobre Educación Superior, Innovación e Investigación.
“Por ello, quiero reiterar mi reconocimiento a la canciller, la felicitamos por su liderazgo, por su temple, por la institucionalidad con la que ha conducido nuestra diplomacia en momentos muy complejos”, dijo.
La senadora Layda Sansores (PT) señaló que tras las críticas que dejó la visita de Trump, Ruiz Massieu pasó de ser secretaria de Relaciones Exteriores a “acólito en la misa”, porque “la percepción que dejó es que la SRE es itinerante y hasta invisible”.
La senadora Laura Rojas (PAN) aseguró que en esta administración se transitó de una política de apertura y colaboración a una de descalificación y confrontación con los organismos internacionales en el tema de derechos humanos.