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Aproximadamente 600 jóvenes se reunieron a un costado de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria para festejar la llamada Megapeda. De acuerdo con uno de los vigilantes, este número no se compara con los casi 10 mil alumnos y visitantes externos que asistieron a las islas el año pasado.

“Todavía no podemos decir que el operativo fue un éxito, hasta que no haya nadie, pero sí son muchos menos que en 2015, digamos que son el punto de una frase”, dijo.

Aseguró que además de las vallas de seguridad, un factor que ayudó a que no se masificara la celebración como en otras ocasiones fue que en supermercados cercanos y tiendas de conveniencia no se vendieron bebidas embriagantes: “No es lo mismo traer dos o tres six de cerveza y repartirlos entre varios, a decir ‘ahorita vengo, voy por más alcohol’”.

En el operativo para resguardar el área de las islas participaron alrededor de 40 miembros del cuerpo de vigilancia de la UNAM.

Había un total de 13 puertas o accesos, y en cada uno tres o cuatro guardias hacían la revisión de mochilas y bolsas para evitar el ingreso de alcohol y verificar que quienes ingresaban fueran alumnos. También había unidades del Alcoholímetro, para remitir a El Torito a quienes excedieran los límites permitidos frente al volante.

#YorespetoaLaUNAM. Otra acción a favor de este operativo fue la campaña No manches a la UNAM, que promovió el hashtag #yorespetoaLaUNAM y que realizaron alumnos de diferentes carreras, quienes se sumaron a consejeros universitarios para invitar a sus compañeros a no acudir a la megapeda.

EL UNIVERSAL charló con Nayeli, Abraham y Eduardo, de recién ingreso a la carrera de Derecho, quienes con orgullo portaban una playera blanca con las leyendas de dicha campaña y se acercaban a otros alumnos o visitantes para pedirles que respetaran las instalaciones de la universidad y “sintieran amor por la UNAM”.

Se unieron a esta labor debido a que les genera una sensación de lástima ver cómo queda la escuela después de que se celebra la megapeda.

En un recorrido, EL UNIVERSAL constató que si bien en las islas no había gente ingiriendo alcohol, a un lado de la Biblioteca Central alrededor de 600 jóvenes estaban bebiendo vodka, cerveza, tequila y hasta pulque.

“Pásale banda, lleva tu pulque de a 25 varos”, gritaban en el pasillo de Filos. Cuatro garrafones de este fermentado estaban escondidos tras chamarras en espera de la vendimia.

“Ahora se pusieron payasos, pero ustedes entrenle, la megapeda no se detiene, es tradición”, dijo una alumna de Filosofía. A un costado, tres chicos revolvían tequila con refresco. Nadie les dijo nada.

Incluso en la página de Facebook Sexta megapeda de CU: día de muertos se publicaron tips para que no se “cebará” el festejo.

Al cuestionar a autoridades de vigilancia, dijeron que no podían hacer nada porque sólo los alborotarían, derribarían las vallas y podrían pasar a las islas, “que es lo que se está evitando”. Un guardia dijo que a las 18:30 horas se haría un operativo alterno para “peinar” la zona y remitir a quienes consumieron alcohol y mariguana a las autoridades, pero hasta el cierre de esta edición no hubo tal.

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