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La Secretaría de Educación Pública (SEP) fortaleció el programa Escuelas al CIEN, el cual tiene problemas estructurales como el hecho de que se entregan obras y servicios a planteles que no lo necesitan, o compromete recursos a futuro de las entidades y no siempre cumplen con las necesidades que se requieren, de acuerdo con un análisis del presupuesto que elaboraron las organizaciones Mexicanos Primero y el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

De acuerdo con el estudio, en el ciclo escolar 2015-2016, 179 planteles escolares recibieron recursos tanto del Programa de la Reforma Educativa como de Escuelas al CIEN, con el riesgo de duplicar inversiones.

David Calderón, director de Mexicanos Primero, explicó que Escuelas al CIEN sustituyó a Fortalecimiento e Inversión Directa a la Escuela, que robustecía a la comunidad escolar porque ésta decidía la manera en la cual era utilizado el recurso público.

“El esquema de Escuelas al CIEN es dinero desde arriba y desde afuera para los planteles. El gobierno destina el monto y al proveedor y no participan ni los padres ni los directores. No es que te pregunten: sencillamente llegan y te dicen: ‘Felicidades, ustedes van a ser beneficiarios del programa; se basa en revisiones que alguien hace pero sin preguntar qué se necesita’”.

En los últimos tres años, el presupuesto destinado al Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM) creció en 14.47 puntos porcentuales, al pasar de 10 mil 166 millones 663 mil 240 pesos en 2015, a un proyecto de presupuesto de 11 mil 638 millones 697 mil 372 pesos para 2017.

El investigador Pablo Velázquez, de Mexicanos Primero, explicó que estos recursos no se van a entregar por completo a los estados, puesto que “no comprometieron todo. Ponen ahí el dinero etiquetado como FAM, pero en realidad es un recurso que se debe”, explicó.

Escuelas al CIEN representa una nueva manera de utilizar el Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), recursos que la federación le transfiere a los estados para construir, remodelar o rehabilitar la infraestructura de las escuelas.

“El problema del programa, la amenaza del mismo, es que si en 10 años alguna de estas escuelas que participó en este requiere una reparación o alguna adecuación importante, no va a haber recursos para ellas. Además de que en muchos casos se da que la autoridad les pinta una barda, cuando lo que en realidad necesitan es una pared nueva o baños. El problema es que después no van a poder acceder a esos recursos”, detallaron.

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