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Como un niño tranquilo, que convivía “maravillosamente” con todos sus compañeritos, “muy bonito, guapito” describió Graciela González de Tapia, de 86 años, al secretario de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, quien fue su alumno de preescolar y primaria en los 80.
Maestra y alumno se reencontraron ayer después de 26 años en el salón Hispanoamericano de la SEP, durante la inauguración de los foros de debate sobre el modelo educativo y la propuesta curricular con escuelas privadas. Ella, como una anciana que necesita ayuda para subir y bajar escaleras, pero aún contenta y trabajando; él, de 38 años, como uno de los hombres de todas las confianzas del Presidente de la República, encargado de una de las carteras más importantes y complejas del país.
Por unos minutos, el funcionario se alejó del guión oficial al interrumpir su discurso de bienvenida a los foros para saludar a su antigua profesora y fundadora de la Escuela Primaria Manuel Bartolomé Cossío, en la cual él se graduó de sexto de primaria en 1990.
Llamó a Graciela de manera cariñosa Chela, y le agradeció su presencia, así como la felicidad con que vivió su niñez. En ese momento, a Nuño Mayer se le quebró la voz, bajó del estrado y visiblemente emocionado abrazó a la anciana maestra.
“Ver a la maestra Chela, que sigue trabajando, activa, me llena de emoción. Fue una época muy feliz de mi vida, y lo que yo tuve en esa escuela fue felicidad y me dio una gran formación, es lo que quiero que tengan todos los mexicanos. Perdónenme que me haya emocionado pero, Chela, gracias por estar aquí”, manifestó Nuño Mayer.
La mujer — con 66 años de experiencia en el servicio docente— se encontraba sentada en una de las primeras mesas, justo frente al podio donde Nuño dirigía su mensaje. El funcionario interrumpió la bienvenida y se dijo “genuinamente sorprendido” por encontrarse a quien fue la directora de su escuela.
Al abrazarlo, la profesora le entregó un regalo: un libro de recopilación de métodos pedagógicos llamado Charlas de Pedagogía sobre la escuela moderna, que escribió en colaboración con una mamá de su escuela que era periodista.
Después del emotivo momento que pasaron en la inauguración de los foros, la maestra Chela platicó que Nuño Mayer “fue un niño lindo, tranquilo, que convivía maravillosamente con todos, muy bonito además, muy guapito. Era un niño como todos (...) era un niño feliz, como todos, aprendía a aprender. No es lo importante qué se aprende en primaria, sino cómo se aprende”, platicó.
“Mi mensaje para él, es que lo quiero tanto como a todos y que me sorprende y me gratifica mucho el empeño que tiene en, sinceramente, tratar de mejorar la educación del país. Me emociona mucho y quisiera estar muy cerca de él para poder pasarle mis inquietudes al respecto”.