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horacio.jimenez@eluniversal.com.mx
Egidio Torre Cantú está a unos días de concluir su sexenio como gobernador de Tamaulipas, uno de los estados más estigmatizados por la violencia y el crimen organizado. A seis años de haber llegado al Palacio de Gobierno dice que jamás imaginó llegar a ese cargo, y fue el asesinato de su hermano, Rodolfo, lo que le cambió la vida para dejar su carrera de ingeniero, entrar en la política y convertirse en candidato del PRI en 2010.
Torre Cantú se siente tranquilo y satisfecho. Viste un traje fino color azul, camisa blanca con mancuernillas y corbata roja.
El 1 de octubre dejará Palacio de Gobierno y recuerda que la sana costumbre es no estorbar a su sucesor, por lo que prevé rentar una casa en San Pedro Garza García y volver a la docencia, después de que hace un tiempo fue catedrático de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Han pasado seis años desde que un grupo armado con R-15 y 9 milímetros acribilló al entonces candidato de la alianza Todos Tamaulipas integrada por el PRI-PVEM-Panal, Rodolfo Torre Cantú, y cuatro personas más en la carretera Ciudad Victoria-Soto la Marina. En entrevista con EL UNIVERSAL adelanta que seguirán presionando para aclarar el asesinato.
¿Qué balance hace Egidio Torre de su administración?
—Tamaulipas es un estado extraordinario con muchas virtudes, pero a la vez con tantos retos y desafíos, con tantas áreas de oportunidad, con tantas cosas buenas, pues también ha tenido su parte de cosas complicadas. Nosotros trabajamos en cuatro grandes ejes que, por supuesto, el número uno es el Tamaulipas Seguro, que tiene que ver con los problemas de seguridad, de justicia en el estado.
El segundo eje es el de Tamaulipas humano, que tiene que ver con el fortalecimiento del bienestar social; el competitivo, que es aprovechar todo lo que tiene la entidad para crecer en desarrollo económico para generar las mejores condiciones de vida para todos. Y el cuarto eje es el sustentable, para armonizar las actividades en concordancia con nuestra naturaleza.
¿Cómo está en seguridad?
—Sin duda es uno de los temas que nos ha ocupado mucho, debido a las características de Tamaulipas. Por su geografía, por su ubicación, por su riqueza, pues es un estado que genera retos y desafíos muy importantes, sus 377 kilómetros de frontera, con 17 cruces internacionales, sus 433 kilómetros de litoral. Es una entidad con una extensión territorial de 80 mil kilómetros cuadrados y con, más o menos, 3 millones y medio de habitantes. Hemos trabajado de una manera muy intensa en el tema de seguridad, apoyado —siempre lo he reconocido— del presidente Enrique Peña Nieto y del gabinete de seguridad nacional. En donde en lo particular, a partir de mayo de 2014 se instrumentó una estrategia con tres grandes vertientes, que nos ayuda mucho a ir mejorando y a dar pasos firmes.
¿En economía?
—En el tema económico destaca mucho la energía; sin embargo, antes de eso hay que destacar que Tamaulipas, dentro de su vocación regional, es de la mayor importancia en el comercio exterior. Cuando pensamos en Nuevo Laredo a veces no ubicamos la importancia que tiene este municipio y ni toda la frontera en el contexto nacional de comercio exterior.
El año pasado, en números aproximados, se recaudó en las aduanas del país 300 mil millones por el IVA; de ellos, la tercera parte fueron en Tamaulipas. De esos 100 mil, sólo en Nuevo Laredo fueron recaudados 72 mil pesos. Diariamente cruzan 12 mil vehículos, tráileres con comercio, si los formamos son 300 kilómetros diarios de automóviles que circulan entre Nuevo Laredo y Reynosa, lo que genera el flujo comercial carretero de un poquito más de 50% del país; y entre Nuevo Laredo y Matamoros 38% del flujo ferroviario. La importancia de la frontera tiene que ver principalmente con el comercio.
¿En educación?
—Tenemos más o menos un millón de estudiantes en escuelas públicas, distribuidos en los 43 municipios. Uno de los grandes temas es generar condiciones para que los niños vayan a la escuela. Afortunadamente, tenemos un sector magisterial muy comprometido con nosotros, nuestros grandes aliados, siempre se los he dicho. Lo que hacemos es ayudar, facilitar, desde la infraestructura para que tengan un lugar adecuado en las mejores condiciones para atender; tenemos uno de los programas de becas más grande.
En educación superior, tenemos una capacidad instalada muy importante, no nada más nuestra Universidad Autónoma de Tamaulipas, sino tenemos muchísimas, tenemos sistema de universidades tecnológicas, politécnicas y tecnológicos. La verdad es que tenemos una distribución importante.
¿En salud?
—Uno de los grandes temas, es el primer nivel de atención. La mejor manera es facilitarle a los pobladores que si les sucede algo, pues tenemos centros de salud, pero lo más importante es que: primero, estén abiertos; segundo, que tenga doctores y enfermeras y, tercero, material de curación, medicinas, y si se necesita de un trasladarlo, pues que de preferencia que haya una ambulancia, ese es el modelo.
En Tamaulipas ahorita tenemos 300 centros de salud en funciones y lo que hemos hecho es fortalecerlos, algunos de ellos estaban cerrados por diferentes razones; cuando nosotros empezamos había como 40-45 cerrados, ahora los tenemos todos abiertos.
Deuda manejable
¿Y cómo deja la deuda pública?
—Bien. Se fortaleció la infraestructura de seguridad, por los convenios que hemos tenido con las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Marina (Semar), porque además de que siempre estamos con ellos, también es importante la operación. En lo particular ese ha sido el rubor mayor.
El segundo rubro tiene que ver con infraestructura, en menor escala para algunos años para lo que llaman “los paripasos”, que son los complementos a los programas de inversión Estado-Federación. El tercero que —ahí no es programable— son los desastres que por algunas razones hemos tenido por fenómenos meteorológicos, creo que se ha trabajado en esa materia en esos tres principales rubros.
¿Finanzas sanas?
—Las finanzas del estado son sanas. Contribuimos con 3% al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, que equivalen a 434 mil millones de pesos.
¿Entrega un mejor estado?
—Yo creo que sí y eso tiene que ver con el esfuerzo de todos. A mí me toca coordinarlos con el esfuerzo de todos y sí se ha avanzado y hemos dado pasos firmes, hay muchos retos y desafíos, claro que los hay y es algo que nunca debes terminar y siempre debes de ser mejor; sin duda alguna, siempre hay que mejorar y cambiar. La evaluación la hará la historia y los tamaulipecos. Hemos hecho nuestro mejor esfuerzo.
¿Considera que se puede vivir en paz en Tamaulipas?
—Sí, por supuesto que se puede vivir en paz en Tamaulipas. Estamos trabajando todos los días para que cada vez se viva mejor. Hay regiones que tienen mayores retos, pero eso es parte de lo que hemos venido trabajando desde que inició mi gobierno.
¿Egidio Torre podrá caminar por las calles de su estado?
—Claro, y lo voy a hacer con mucho gusto, saludando a mis paisanos, a los tamaulipecos, todos los días; ahí nací, ahí crecí y ahí pienso vivir siempre. Hay una regla no escrita en Tamaulipas, que es que el gobernador que termina se va un rato, un par de años a vivir a otro lugar, eso se ha hecho siempre y no tiene que ver con esta administración y nosotros vamos a hacer lo propio. Quiero regresar a dar clases, quizá en Nuevo León, pero mi casa siempre será en Ciudad Victoria.
Usted llega a la gubernatura tras el asesinato de su hermano Rodolfo, ¿imaginó ser gobernador?
—No, la verdad es que durante muchos años estaba ya en temas empresariales y personales. Yo tuve la fortuna de trabajar con Rodolfo en la integración de su plan de gobierno y esa era mi participación, no era de andar en actividades públicas, yo estaba en un grupo de personas que les ayudaba, inclusive le comenté que en el primer año —éramos cinco hermanos, yo soy el mayor, luego hay dos niñas, luego Rodolfo y otra niña— no quería generarle algún tipo de conflicto, por lo que había decidido que el primer año de su gobierno me iría con mi familia. Pero la tragedia cambió la vida a Tamaulipas y a muchos. Hicimos lo que teníamos que hacer.
¿Cómo van las investigaciones?
—Ahí van, no hay mucha claridad todavía, para mí no ha estado claro quién y por qué. Siempre seguiremos insistiendo y presionando. Sigue sin tener sentido alguno para mí.
¿Fue el crimen organizado?
—No tiene sentido. Lo que quiero saber es por qué. Si así fue, quiénes fueron los ejecutores directos y por qué. La verdad es que Rodolfo era un extraordinario ser humano. Cuando sepa algo se los voy a decir inmediatamente.
¿Hay dilación o simplemente patear el bote en este caso?
—Esperemos que no sea así, que se siga trabajando y tengamos resultados.
Tamaulipas se sigue ubicando como un estado violento por el crimen organizado y por el narcotráfico, ¿qué le dice este estigma?
—Tiene que ver mucho con la ubicación de Tamaulipas, pues con su frontera, litoral y cercanía con Texas lo hace muy atractivo para que actividades delictivas se realicen en el estado, para que sea ruta. Su riqueza de hidrocarburos, su riqueza económica y el tema agropecuario hace que se desarrollen una serie de actividades ilícitas. Tenemos que seguir trabajando como lo seguimos haciendo para fortalecer nuestras propias capacidades y estar mejor.
Hay municipios en Tamaulipas que no son comparables entre sí por su diversidad, no hay estados, ni países que se puedan comparar, cada uno tiene sus características, sus logros, cada uno aporta de manera distinta, cada uno tiene sus retos y desafíos. La frontera genera grandes oportunidades y grandes desafíos; el litoral y el petróleo también. Si juntas estos dos factores y hay unas características muy particulares. La frontera no es de Tamaulipas, es de México.
¿Duele que Tamaulipas esté viviendo esta situación?
—Lo que duele es que no terminemos de entender que Tamaulipas hace su mejor esfuerzo y sigue avanzando con pasos firmes, en el estado hay gente buena, que todos los días hace su mejor esfuerzo por mejorar.
La reforma energética es un punto importante para su estado, ¿el crimen organizado no pone en riesgo este cambio?
—No, porque para eso tenemos instituciones que se hacen cargo.
¿Cuál fue la crisis más complicada que enfrentó en su gobierno?, ¿el secuestro del futbolista?
—Ese fue un caso complicado, como se han dado algunos otros, pero se resolvió favorablemente, y muy satisfactorio, y así como ese se resuelven muchos, lo que pasa es que no tienen la resonancia e impacto.
¿Qué le dejará a Francisco Javier Cabeza de Vaca?
—Un estado trabajando, un estado con orden, con muchas ganas de seguir creciendo, con gente muy comprometida y mis deseos de éxito.
¿La transición?
—Muy bien, ordenada, tersa.
¿Su futuro político?
—(Risas) Yo lo que quiero es terminar hasta el último día mi encomienda y compromiso con los tamaulipecos y ya de ahí vemos...
¿Se retirará de la política?
—Pues nunca he estado inmerso en ella, la verdad es que para mí ha sido un privilegio gobernar Tamaulipas y ya veremos qué pasa.