El Magno Sorteo de la Lotería Nacional, conmemorativo por el día en que inició la guerra de Independencia de México, se celebró en el Campo Militar Número 1-A de la Secretaría de la Defensa Nacional, en la Ciudad de México.

Antes de comenzar la ceremonia oficial, los músicos de la Secretaría de la Defensa Nacional pusieron el ambiente festivo con el “Noa Noa” de Juan Gabriel. Las cadetes de la Armada se mecían de izquierda a derecha, sentadas en sus sillas, y cantaban la letra de la canción.

Los niños, conocidos como “gritones”, fueron recibidos por el Presidente Enrique Peña Nieto en el templete principal, frente a más de 20 mil elementos de las fuerzas armadas que esperaban hambrientos y sedientos en cientos de mesas bajo una carpa monumental.

“Nos paramos a las 4 de la mañana, nos fuimos al desfile y cuando acabó nos trajeron en autobuses para comer con nuestro comandante supremo, el Presidente”, comentó orgulloso un elemento de fuerzas especiales de la Armada sentado atrás del templete donde estaban los camarógrafos.

Algunos oficiales del Ejército corrieron por los angostos pasillos que había entre las mesas para repartir series completas de la Lotería Nacional. En cada mesa había 10 personas sentadas y se repartieron media planilla, a cada uno le tocó un cachito.

Lo miraron detenidamente y guardaron bajo el chaleco antibalas color verde, los de infantería, o en la bolsa de su gabardina negra, los cadetes. Todos sonrieron y varios bromearon. “¡Qué tal y ganamos algo!”, exclamó un teniente al aire.

El Premio Mayor prometía 75 millones de pesos para los ganadores en tres series y centenarios.

El Presidente saludó de mano a los niños “gritones”, se tomó su tiempo para platicar con ellos y los acompañó a la tómbola color oro, aquella que guardaba las esferas con los números de la suerte para este día.

Un séquito de oficiales del Ejército y personal del Estado Mayor Presidencial lo siguió en todo momento. Parecía que a pesar de encontrarse en las instalaciones militares, cerca del Cuartel General, no disminuyó la seguridad a su alrededor.

El maestro de ceremonias tomó el micrófono para anunciar el momento deseado por la tropa. Algunos aplausos, risas nerviosas, murmullos inundaron el ambiente.

En la primera fila estaban sentados los deportistas olímpicos de las fuerzas armadas. }

Las medallistas de plata del Ejército, María del Rosario Espinoza (tae kwon do) y “Lupita” González (marcha), compartieron la mesa; muy cerca estaba Misael Rodríguez (bronce en box), recientemente integrado a la Armada, y en otra mesa estaban los soldados Germán Sánchez (plata en clavados) e Ismael Hernández (bronce en pentatlón moderno).

Oficiales del más alto nivel mostraron su orgullo por los deportistas. En las mesas también estuvieron el resto de los atletas militares que participaron en Río 2016.

Un niño leyó de corrido los números ganadores de la lotería y enseguida otro gritaba la cantidad que había ganado.

Cuando salía un premio alto, de 60 mil pesos o más, repetía el número por unidades. Gritaba y leía tan rápido el número que no se entendía qué había dicho.

Las risas y bromas invadieron el ambiente porque los asistentes no habían entendido que número ganó. Así continuó el sorteo, uno a uno fueron mencionado los números ganadores y los premios. “¡Shhhh!”, se escuchó casi generalizado.

Los militares hicieron bromas. De vez en cuando se escuchaba en alguna mesa que alguien gritaba eufórico y levantaba las manos apretando los puños, como si hubiera salido el número de su cachito, al principio todos volteaban asombrados, contentos y sonrientes hasta que después de varias repeticiones alguien dijo: “Es puro cuento”.

Así continúo el sorteo, pocas veces se entendió lo que decían, pero la emoción no cesó. Ninguno tiró o rompió sus cachitos para revisarlos después con calma o para el recuerdo de un día en el que seguramente ganaron el aprecio y admiración de muchos mexicanos que los vieron esforzarse y marchar con disciplina y gallardía.

En este sorteo, la Lotenal repartió una bolsa total de 221 millones de pesos en premios y reintegros. El Premio Mayor de 75 millones de pesos lo ganó el billete No. 25561, el cual se canalizó para su venta, en sus dos primeras series, a Monterrey, Nuevo León y la tercera a Ciudad Obregón, Sonora.

El Segundo Premio de 7 millones 500 mil pesos fue para el billete No. 50662, el cual se envió para su comercialización, en sus tres series a la Ciudad de México. Los billetes 41923, 48922 y 44963 ganaron 60 Monedas de Oro cada uno.

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