Las Fuerzas Armadas destacaron la labor social y de auxilio a la población en el desfile cívico militar, conmemorativo por el 206 aniversario del inicio de la guerra de Independencia de México, mismo que concluyó con saldo blanco.
En la ceremonia también sobresalió el centenario de la Industria Militar, los prototipos de aviones para el Colegio del Aire, armamento y aviones no tripulados sorprendieron al público asistente, pero quienes arrancaron más aplausos y ovaciones fueron los deportistas olímpicos del Ejército y la Armada de México.
Más de 200 músicos militares de las orquestas sinfónicas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), así como las bandas de guerra, tocaron sus instrumentos mientras la maestra y el maestro de ceremonias narraban los avances tecnológicos de las fábricas castrenses.
Los aviones caza F-5 de la Fuerza Aérea abrieron el espacio aéreo del Zócalo; participaron 149 aeronaves, aviones y helicópteros entre ellos un avión de transporte Boeing 737-800 y helicópteros Cougar, MI-17, Black Hawk y UH-60 de fuerzas especiales.
En la Plaza de la Constitución descendieron 15 fusileros paracaidistas del Ejército (de traje rojo o verde) y de la Marina (de traje blanco).
Los paracaidistas saltaron a mil 700 metros de altura con un tiempo total de vuelo de 4’30” minutos, aproximadamente.
En tanto, en la tribuna frente a Palacio Nacional cientos de soldados formaron mosaicos de colores, paisajes y rostros monumentales con movimiento, que modificaron de acuerdo al contingente que en ese momento pasaba frente al balcón presidencial.
Los cuerpos de fuerzas especiales, tiradores de selva, urbanos, de montaña y desierto, con sus respectivos camuflajes, fueron de los más fotografiados por los espectadores. Su ropa y vehículos blindados llamaron la atención de los niños quienes los veían con admiración.
Este viernes desfilaron 23 mil 471 elementos del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana, de la Secretaría de Marina-Armada de México, de la Policía Federal y la Federación Mexicana de Charrería.
De ellos, unos 11 mil son del Ejército, 8 mil 841 de la Fuerza Aérea, 3 mil 630 pertenecen a la Armada, 886 de la Policía Federal y de Gendarmería y 50 de la Federación de Charrería.
En el desfile destacaron las 23 embarcaciones, algunas son lanchas rápidas de la Armada utilizadas para combatir a la delincuencia organizada en mar abierto, y los diferentes vehículos que llevaban escenarios de la fábrica de cartuchos, zona de desastre y activación del Plan DN-III-E y fábrica de uniformes, calzado y banderas de la Sedena.
En el desfile participaron estudiantes de las diferentes escuelas militares. Los cadetes del Heroico Colegio Militar y elementos de la Policía Federal llevarán 35 aves (águilas reales, símbolo del escudo nacional), pero también participarán 266 caballos y 65 canes adiestrados para búsqueda y localización de personas atrapadas y detección de explosivos y armas.
Este año se conmemora el 50 aniversario de la implementación del Plan DN-III-E y del Plan Marina, por ello van a destacar en el desfile los vehículos terrestres, aviones y helicópteros que son útiles para el transporte de personal, de víveres, herramientas y medicamentos en caso de desastre.
En carros alegóricos los militares y marinos realizarán simulacros de rescate de personas con médicos y bomberos.
Las cocinas ambulantes, un hospital móvil y plantas purificadoras de agua ocuparán un espacio privilegiado.
Como es tradición, la Federación Mexicana de Charrería cerró la columna del desfile. 50 charros a caballo recorrieron siete kilómetros, desde el Zócalo hasta Campo Marte y fueron de los contingentes más admirados.
Mujeres a caballo con vestido típico en colores rosa, amarillo y moños tricolor saludaron al público que las saludaba desde las banquetas.
Los charros saludaban inclinando el ala del sombrero y hacían gala del uniforme oficial del deporte nacional.
Atrás de los caballos iban las barredoras y personal de limpia del Gobierno de la Ciudad de México.
El desfile duró 1 hora 58 minutos.
ahd