Más Información
Sheinbaum prevé reuniones con Macron, Trudeau y Lula da Silva en el G20; se realizará en Río de Janeiro
Titular de Marina se reúne con gobernadores de 6 estados; buscan fortalecer cooperación en materia de seguridad
Beca “Jóvenes Escribiendo el Futuro”: Beneficiarios recibirán 2 mil 800 pesos mensuales; revisa aquí la fecha para el registro
La mitad del presupuesto 2025 destinada a deuda pública: PAN; déficit de Morena es el más grande en años, acusa
Magistrado Reyes Rodríguez propone ampliar plazo para declinación de elección judicial; periodo no fue suficiente, asegura
VIDEO: Por reelección de Piedra, PAN coloca coronas fúnebres a la CNDH; llevará el caso a instancias internacionales, afirma
La quema de los 43 estudiantes de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos en el basurero de Cocula fue puesta en duda por otro experto en materia de incendios, que se sirvió de la teoría del perito José Torero.
En una publicación de la revista científica Science, John Lentini, investigador independiente experto en materia de incendios de Isla Morada, Florida, indicó que no existe la posibilidad de que los estudiantes de Ayotzinapa hubieran sido incinerados en el basurero de Cocula.
En el texto titulado “Experimentos de quema de cuerpos siembran dudas sobre la suerte de los estudiantes mexicanos desaparecidos”, indica que sus experimentos más recientes descartan de manera definitiva la explicación del Gobierno.
“Mediante el uso de cadáveres de cerdos en sustitución de cuerpos humanos, José Torero, un experto en incendios de la Universidad de Queensland, Santa Lucía, en Brisbane, Australia, incineró hasta cuatro cerdos a la vez y determinó que la hoguera necesaria para consumir unos 43 cuerpos no podría haber ardido en el basurero”, explica.
En ese sentido se afirma que los experimentos del perito Torero son un elemento más para confirmar que la llamada “verdad histórica” es imposible.
En el experimento de Torero, “su equipo incineró sistemáticamente cuerpos de cerdos. Incluso utilizando 630 kg de madera para un único cerdo de 70 kg, todavía se advirtió la presencia de un 10% de la carne del cerdo después de que el fuego se consumiera”, informó Torero a Science.
En la revista se indica que para incinerar 43 cuerpos de un tamaño similar se hubieran necesitado más de 27,000 kg de madera; y cuando Torero acudió al basurero no observó ningún tipo de marcas.
“Torero también quemó hasta cuatro cuerpos de cerdos al mismo tiempo a fin de determinar si la grasa corporal podría haber servido como combustible para el fuego, facilitando la incineración total; sin embargo, los investigadores advirtieron que cada vez que se agregaba un cuerpo, la intensidad del fuego disminuía”.
En ese sentido, se concluye en la revista que para quemar 43 cuerpos juntos se hubiera necesitado una cantidad mucho mayor de madera que si se los hubiera quemado por separado.