El coordinador del grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados, Marko Cortés, exigió al gobierno federal “un verdadero espacio” para dialogar y debatir el paquete económico de 2017, con la intención de poder corregir el rumbo de la economía que actualmente se encuentra estancada.
Señaló que su bancada será una oposición crítica, responsable y propositiva durante el análisis y discusión del paquete económico, pues para mejorar la situación económica de México se requiere de hacer los cambios necesarios que permitan corregir el rumbo, más allá del cambio de titular en la Secretaría de Hacienda.
“Es muy lamentable que el paquete económico no le quite lo tóxico a la reforma fiscal, que por cuatro años ha ahuyentado la inversión, provocado pérdidas, cierre de negocios y despidos masivos, por eso confiamos tener el espacio y la oportunidad de diálogo”, agregó en un comunicado.
Cortés Mendoza dijo que los diputados del PAN saben que el paquete económico “no fue elaborado” por el nuevo secretario de Hacienda, José Antonio Meade, lo que permite esperar mayor apertura del PRI para poder corregir la Ley de Ingresos, que debe quedar aprobada el 20 de octubre, así como el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), que debe ser aprobado a más tardar el 15 de noviembre.
Indicó que a los diputados de Acción Nacional les preocupa cómo se van a aplicar los recortes, ya que por ejemplo, hay una disminución del presupuesto en secretarías de estado en las que se generan proyectos de inversión, como son la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la cual tiene una disminución del 28.5 %, o la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) con un 29.1%.
El panista adelantó que uno de los aspectos sobre los que trabajará su fracción, será la de mantener un monitoreo y control más puntual sobre el nivel de endeudamiento por parte del gobierno federal, pues la propuesta del Ejecutivo de un superávit primario del 0.4 “es insuficiente” para evitar que ésta siga creciendo.
“El elevado nivel de endeudamiento, que se ubica ya en alrededor del 50 % respecto del Producto Interno Bruto (PIB), nos quita competitividad, baja la capacidad de crecimiento, genera altos costos financieros, provoca debilidad de nuestra moneda, altas tasas de interés por el riesgo país y envía una mala señal a los mercados internacionales”, explicó.
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