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francisco.resendiz@eluniversal.com.mx
El presidente Enrique Peña Nieto ha llevado sus mensajes a la nación —con motivo de sus Informes de Gobierno— de la esperanza de cambio y la transformación en marcha, y arremete contra gobiernos populistas y demagogos que alientan encono, discordia, retroceso y división en su sociedad.
A punto de entregar al Congreso su cuarto Informe de Gobierno, el mandatario ha establecido como línea de su discurso que en el país existe otra realidad, aunque no se difunda tanto o se hable poco de ella. En al menos 28 spots de televisión remata: “Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”.
El Presidente ha emitido mensajes a la nación con motivo de sus informes en la explanada Francisco I. Madero, de Los Pinos, y en el patio central de Palacio Nacional, en dos ocasiones. Todas ante más de mil 500 invitados. Este año sostendrá un diálogo a puerta cerrada, también en Palacio Nacional, con 300 jóvenes destacados de todo el país.
Así pues, en su primer Informe de Gobierno, con nueve meses al frente del Ejecutivo, Peña Nieto recalcó los alcances del proceso de reformas que se había emprendido, dando prioridad a la financiera, hacendaria y energética, y asentó las cinco grandes metas para el resto de su administración.
El 2 de septiembre de 2013, en la explanada Francisco I. Madero, de Los Pinos, sostuvo que la transformación de México es posible y está en marcha, por lo que consideró trascendental concretar tres reformas económicas: financiera, energética y hacendaria para quitar, dijo, de una vez por todas, los frenos que han limitado el crecimiento económico del país.
Un año después, en su segundo Informe, aceptó que se han enfrentado resistencias, pero que el cambio en el país estaba en marcha. Destacó la emergencia nacional provocada por el embate de los huracanes Ingrid y Manuel, principalmente en Guerrero.
Ese día, en el primer mensaje que ofrecía en Palacio Nacional ante la clase política, empresarios, académicos, líderes de opinión, jerarcas religiosos, diplomáticos y la cúpula militar con motivo de su informe de labores, dijo que pese a múltiples dificultades, resistencias e intereses, la nación no se detuvo y el cambio continuó.
Sostuvo que al tener concretadas en ese momento 11 reformas estructurales, sus efectos, bondades y beneficios se comenzarían a sentir entre la población al momento de que se pusieran en acción.
Para el tercer Informe, el presidente Peña Nieto aceptó que 2015 había sido un año difícil para México y recordó los casos de Iguala, la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, los señalamientos por conflicto de intereses, la baja del precio del petróleo y el aumento del dólar.
“Denuncias de corrupción en los órdenes municipal, estatal y federal —y en algunos casos en el ámbito privado —han generado molestia e indignación en la sociedad mexicana”, dijo el presidente Peña Nieto.
El mandatario indicó que en su administración se han roto las ataduras que frenaban al país, que México se atrevió a cambiar y a avanzar con claridad de rumbo. “A la mitad de una administración no es momento para empezar de cero ni de improvisar o actuar a partir de ocurrencias”.
Dijo que es momento de realizar un balance, hacer ajustes y reformar todo lo que está dando resultados. Añadió que se perseverará en la implementación de las reformas y que se continuará edificando sobre las bases cimentadas en esta primera mitad.
Peña aceptó que el país se vio profundamente lastimado por una serie de casos y sucesos, los cuales calificó como “lamentables”.