¿Cuál cree usted que sea el principal reto para el proceso electoral de 2018, no sólo para el tribunal, sino en general para el país?

—Creo que hay un reto mayúsculo que tenemos sociedad, ciudadanía, partidos políticos, candidatos independientes, autoridades electorales, el Instituto Nacional Electoral, sin duda alguna los tribunales electorales, salas regionales, Sala Especializada y Sala Superior de frente al proceso de 2018.

Hay un reto, para mí mayúsculo, sí, y creo que lo que más identifico como una exigencia esencial para la política en México de cara a ese proceso es construir ciudadanía informada. No podemos negar, y lo digo en su justa dimensión, que cada día los procesos electorales en México se organizan mejor. No podemos negar que cada día la instrumentación de los procesos electorales en México se orienta de manera más eficiente por la autoridad administrativa electoral, que en este binomio ciudadanía-autoridades electorales los votos se cuentan de manera más eficiente, eficaz. Es decir, se ha construido un andamiaje que permite procesos electorales, competencias más equitativas, donde el principio de neutralidad a las autoridades electorales se exige y se garantiza, se vigila cada día mejor su cumplimiento.

Pero hay un tema que creo que es esencial: el votar es un acto mecánico, es decir, es ir a una urna y depositar un voto, es un acto puramente de un ejercicio. Lo fundamental es que los ciudadanos, las ciudadanas de este país lleguen a las urnas en 2018 con una información suficiente, una información eficiente de por qué están votando, para qué están votando, cuál es el poder real que tiene el derecho político de emitir el sufragio, cuáles son las consecuencias de votar informado y cuáles son las consecuencias de votar sin información, de frente a los cargos de elección popular, esencialmente del titular, en este caso, del Poder Ejecutivo.

El reto que creo que tenemos como autoridades electorales, pero en general como Estado, es maximizar el derecho a la información del ciudadano, para que el voto que se emita por ciudadanos y ciudadanas sea un voto informado.

El poder del voto informado en las sociedades democráticas es mayúsculo, se traduce en más eficiencia en el desempeño público, sin duda; el ciudadano elige y lo hace bien, pero es una obligación que tenemos partidos políticos, ahora candidatos independientes y las instituciones electorales, es decir, interesar a partidos y a candidatos, a la ciudadanía, en el debate público, es decir, tenemos que interesar al ciudadano en ir a votar y en qué se va a materializar su voto.

Si las campañas políticas en México no caminan en la ruta de dar un debate informado, es decir, qué postula un instituto político, qué postula un candidato, cuál es su programa de acción, cuál será su programa de gobierno, cuáles serán sus políticas públicas, sus posicionamientos con los grandes temas ideológicos de la sociedad, si esto no se da en las campañas políticas, ¿cómo les podemos exigir una vez electos, que cumplan con las políticas públicas que nosotros juzgamos indispensables o con los derechos programáticos que consideramos un mínimo necesario en una sociedad democrática?

Entonces, este es el deber, creo: el voto informado, y tenemos todavía un tiempo importante para generarlo. Tenemos un modelo de comunicación política, a través de los medios, muy robusto para partidos políticos, para candidatos. Creo que tenemos que revisar el modelo, necesitamos más construcción de ciudadanía a través de información más eficaz sobre qué son los partidos, cuáles son sus posturas ideológicas, programas de acción, un debate importante entre partidos políticos donde se privilegien sin duda alguna estos temas. Un debate más genuino, más natural, que traiga como consecuencia el interés de la ciudadanía en la participación política. Ese es el reto, creo, mayor que tenemos.

¿Cree en más ideas o más planteamientos y menos spots?

—Sin duda alguna, es una síntesis que comparto, Carlos, eso es lo que necesitamos: más debate político en México. Necesitamos eso cuando el debate político emerge como una posibilidad de confrontación de ideas, de ideologías, de posturas sobre el desempeño público, sobre la cosa pública, sobre cómo atender los derechos programáticos, el gran reclamo de una sociedad como la nuestra. Si logramos acercar a la política a la sociedad, si hay ideas inteligentes en los debates, que sin duda las hay en México pero se pierden muchas veces dentro de estas campañas de promocionales tan voluminosas; entonces, si se rescatan esas ideas en los debates políticos sobre posicionamientos de frente, cómo se resuelven estos derechos programáticos indispensables para los mexicanos, educación, salud, bienestar, seguridad pública.

Si tenemos una confrontación importante de cómo se atienden estas políticas públicas, informadas, si los partidos políticos y los candidatos, aspirantes independientes, nos dan esta posibilidad; si las autoridades electorales vamos a esta vocación de privilegiar, de potenciar estas posibilidades y tenemos más debate político sólido, creo que vamos a tener a la ciudadanía informada y entonces el derecho político, el derecho humano de emitir el sufragio, tendrá el valor que corresponde en una democracia.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses