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El coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa adelantó que harán “cabildeo” con las corrientes perredistas para convencerlas de que Pablo Gómez es la mejor opción para sustituir a Agustín Basave, como dirigente nacional.
Acompañado por el senador Armando Ríos Piter, Barbosa comentó que hoy en sus oficinas se reunió con Pablo Gómez donde establecieron “algunas acciones” que vamos a realizar con rumbo a la definición que hará el partido en la elección de su dirigencia.
“Va a haber algunas acciones públicas, sí, de respaldo. Vamos a tener entrevistas con los bloque partidarios para que podamos convencerlos que tenemos al mejor candidato y tenemos la razón en la coyuntura”.
Aseguró el veto de la corriente Nueva Izquierda –Los Chuchos- a la postulación de Gómez Álvarez, nos es por la oposición a la estrategia de alianzas para los próximos comicios, sino para poder tener el control del partido.
“Ellos lo que necesitan es recuperar el control del partido. Entonces, cuando estamos hablando de la definición de quién es presidente nacional o presidenta nacional, estamos hablando del destino del partido. Eso es lo que no se ha entendido”, dijo.
Barbosa Huerta aseguró que el sol azteca no puede ser un instituto que no tenga definiciones como partido de oposición.
“Pablo Gómez es un inconfundible rostro de izquierda, es un político que conoce al partido –no como el que se fue, que sin conocerlo, pues vino y se fue y hasta nos dejó un testamento-porque hay que conocer al partido para vivirlo, para poder estar en él hay que conocer al partido, para sufrirlo, claro que sí y disfrutarlo también”.
Destacó que Pablo Gómez es capaz de entablar un diálogo y un debate político con el Gobierno Federal, con los factores políticos de la sociedad, con Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena, por eso es la mejor propuesta.
Criticó que las cúpulas partidarias, las de las corrientes, viven ajenas a la realidad que les rodea, no se dan cuenta o no quieren darse cuenta porque el partido ya no lo ven como un instrumento de la sociedad sino como un instrumento de la sobrevivencia política.
