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El perdón que pidió el presidente Enrique Peña Nieto por la casa blanca dividió opiniones en la clase política.
El PRD exigió al Presidente ordenar a todo su gabinete la presentación de sus declaraciones fiscales, de interés y patrimonial, además de clarificar lo que realmente ocurrió en torno a la casa blanca, en vez de pedir perdón.
El presidente del Consejo Nacional del PRD, Ángel Ávila, dijo que las disculpas son sólo una declaración, un discurso, “mientras no se ve voluntad política” para cumplir con la exigencia social de transparencia.
Por separado, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, calificó como “muy estimulante” la declaración para que los ciudadanos se conduzcan de la mejor manera.
El coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa Huerta, señaló que se trata de un hecho político inédito y ahora hay que ver la verdadera voluntad del poder público, para poder actuar”.
El coordinador de los senadores del PAN, Fernando Herrera, indicó que para acabar con la corrupción se requiere de acciones que vayan más allá de un simple perdón.
María Elena Morera, presidenta de Causa en Común, reconoció el valor del Jefe del Ejecutivo federal al pedir una disculpa pública y vio una forma importante para iniciar el SNA, porque éste es un logro entre sociedad civil y gobierno.
El coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, Marko Cortés Mendoza, detalló que si bien se debe reconocer el gesto que tuvo el Presidente al pedir perdón, “no basta” para combatir la corrupción.
El líder de los diputados de Movimiento Ciudadano (MC), Clemente Castañeda, aseveró que pedir perdón sin asumir las consecuencias de un error cometido, no es un ejercicio de ética pública, sino de demagogia.
La coordinadora de los diputados de Morena, Rocío Nahle, dijo que en corrupción no hay perdón ni olvido, sobre todo cuando es muy grande el daño causado al pueblo.
