El gobernador Rafael Moreno Valle está en silencio. Sabe que en la elección de este domingo se juega en mucho su futuro político, quizá la candidatura del Partido Acción Nacional (PAN) a la Presidencia de la República.

Llega casi a las dos de la tarde al Liceo Serdán, cuando ya votaron todos los candidatos, cuando se tiene certeza de que durante la elección no hubo violencia, que hay paz.

Enseña su papeleta doblada y la deposita en la urna. Su esposa Martha Erika Alonso —secretaria general del PAN de Puebla— lo mira tranquila. Se van en silencio, como llegaron.

Aquí más de 4 millones 200 mil electores van a elegir a un gobernador que tendrá un encargo de un año y 8 meses.

Así transcurre la jornada electoral de Puebla sin escándalos, con 102 “incidencias menores”, según el Instituto Electoral del Estado (IEE); lo más grave fue el cambio de lugar de una casilla.

Temprano, el candidato de la alianza PAN-Panal-PT, el empresario Antonio Gali Fayad, vota sonriente en el sector de Angelópolis, uno de los más exclusivos de Puebla. Lo acompaña toda su familia.

En punto de las 10:10, Blanca Alcalá vota en las instalaciones del Instituto de Desarrollo Infantil de Puebla. Ahí llegó, vestida de blanco y acompañada de su familia. La candidata del PRI-PVEM-PES se ve tensa por la actuación de las autoridades electorales de la entidad.

Ana Teresa Aranda, candidata independiente, convoca a una conferencia de prensa donde demanda la anulación de la elección.

En Cholula, la perredista Roxana Luna, investigada por la muerte de un niño, atropellado por una camioneta de su propiedad, vota acompañada del líder de los senadores del PRD, Miguel Barbosa, quien adelanta el triunfo de Gali.

Abraham Quiroz, de Morena, confía en el voto ciudadano.

Así transcurre la jornada, sin sobresaltos, con señalamientos aislados. Llegó el cierre de casillas. A las 18:30 el Instituto Electoral del Estado advertía “saldo blanco” en los comicios, sin incidentes que pudieran poner en riesgo la elección.

A las 19:00 el Comité Municipal del PRI está en silencio, con caras largas. En la Ciudad de México, el líder nacional del tricolor, Manlio Fabio Beltrones, reconoce que en Puebla el resultado no le favorece a su partido.

Cerca de ahí, en el hotel Presidente, búnker histórico del PAN poblano, Antonio Gali y los suyos festejan. Comienza a llover, los panistas celebran. Con un triunfo de entre 10 y 14 puntos en la bolsa, el gobernador Moreno Valle puede ver hacia 2018.

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