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Como la mayoría de las mujeres que trabajan y tienen hijos, la senadora Martha Tagle se levanta todos días a las 05:30 de la mañana para preparar el desayuno y revisar las tareas de su hijo Carlos, quien cursa el segundo año de secundaria.

“Así la sesión haya terminado a las cinco de la mañana, es la única manera en la que puedo convivir con él. En las mañanas lo acompaño a la secundaria, porque sé que a esa hora puedo verlo. Ya más tarde es complicado, aunque todas las tardes le llamo”, asegura la senadora de Movimiento Ciudadano.

Parece inusual, pero ese periodo, casi de madrugada, es el que la senadora independiente dispone para atender a su hijo, quien ya es un adolescente.

“Soy madre de un adolescente de 14 años. Cuando empecé como diputada, Carlos ya tenía tres años”, comenta Tagle Martínez, en entrevista.

Dice que su vida de madre y de mujer en la política casi han caminado a la par, “pero no ha sido sencillo”. El padre de Carlos falleció en 2009 en un accidente automovilístico, comenta Tagle. Carlos apenas tenía siete años.

“Él y yo hemos seguido adelante con el apoyo de mi mamá. Desde entonces nos hemos esforzado los tres, teniendo esta actividad tan intensa que es la política”, explica.

Por ello, afirma, para ella es muy relevante la participación de otras mujeres en la vida política del país, porque al igual que ellas, entiende que para poder llegar a una actividad o puesto público tuvieron que resolver una gran cantidad de asuntos.

“Como cualquier mujer, no importa lo empoderada que estés ni el espacio de toma de decisiones en el que te encuentres, siempre las mujeres estamos al tanto del cuidado de los otros, de la familia y de las actividades domésticas”, asegura la legisladora.

Reconoce que la vida de una madre dedicada a la política es complicada, debido a los horarios y las salidas fuera de la capital. “Por ello siempre se requieren redes de apoyo, mi madre ha sido fundamental para que pueda desarrollar mi trabajo”.

Afirma que hoy es más fácil compaginar su deber de madre con las tareas legislativas, porque puede ir con Carlos a algunos eventos, incluso fuera de la Ciudad de México. Pero cuando era diputada y debía salir del país, “siempre buscaba que fuera de entrada por salida y sólo el tiempo necesario”.

A pesar de lo complicado de su agenda de trabajo, Tagle asegura que siempre intenta no fallarle a su hijo, por lo que trata de asistir a los festivales de su escuela o cuando la buscan del colegio por algún problema.

“No importa lo que esté haciendo, dejo de hacerlo y acudo a la escuela, porque además eso nos pasa a todas las mujeres: a las primeras que buscan cuando hay un problema en la escuela es a nosotras, y como todas, tienes que salirte del trabajo, pedir permiso, encargar lo que estás haciendo y salirte. A los festivales siempre asisto, porque son eventos especiales para ellos”.

Tagle asegura que debido a su trabajo no tiene la oportunidad de convivir con las mamás de los amigos de Carlos, irse a tomar un café con ellas, por falta de tiempo. Por ello, dice que es indispensable generar una política pública para considerar la actividad en el hogar como actividad laboral.

No obstante, asegura, se siente muy orgullosa de ser madre y legisladora, y sobre todo de contar con el apoyo de Carlos en su vida pública.

Hace dos años, como tarea escolar, Carlos escribió una carta sobre “el trabajo de su mamá”. En ella describió que la suya no es una carrera sencilla, porque ha tenido dificultades.

“La han intentado sacar de la política. Pero jamás se ha dado por vencida, siempre ha buscado una manera para seguir adelante. . Estoy feliz de ser su hijo; ¡ella es asombrosa!”, escribió Caren su tarea.

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