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Los coordinadores parlamentarios de la Cámara de Diputados y especialistas en la materia coincidieron en que los legisladores no sólo deben profesionalizarse para mejorar su trabajo, sino porque, debido al tema de la reelección, los diputados ya no pueden ser políticos improvisados.
De acuerdo con una iniciativa que presentó el líder parlamentario del PRI, César Camacho, el trabajo en el Congreso requiere conocimientos y apoyos técnicos especializados para los legisladores, sus equipos de trabajo y personal que labora en el Congreso de la Unión, por ello “sería pertinente crear una Academia de Gobierno y Derecho Parlamentario”.
La propuesta busca que la academia, que dependería del Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias de la Cámara Baja, por medio de convenios de colaboración con instituciones públicas y privadas, órganos del Estado y de otros países, garantice formación y capacitación de alta calidad para legisladores.
En entrevista, Camacho Quiroz dijo que su propuesta pretende “ impulsar la formación de profesionales en la materia, que en otros Congresos del mundo se llaman ‘letrados’, especialistas en temas legislativos que no tengan preferencias partidistas para que puedan contribuir al eficaz desempeño legislativo.
El coordinador de la maestría en Gobierno y Asuntos Públicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Khemvirg Puente, indicó que la propuesta es una muy buena idea, puesto que con ella la Cámara de Diputados reconoce la necesidad de generar conocimiento especializado en derecho parlamentario.
“Es viable, porque de lo que más adolecen las iniciativas es que sean técnicamente viables”, dijo.
Marko Cortés, coordinador de los diputados del PAN, dijo que el legislador debe estar preparado, independientemente de la formación profesional.
“Puedo decir que en el PAN no hay deficiencias, estamos preparados en procesos legislativos. Es necesario también que los partidos propongan a personas preparadas para el cargo que van a desempeñar, aunque quien decide es el ciudadano”, afirmó.
El 29 de septiembre de 2015, EL UNIVERSAL reportó que de 498 diputados que integraban en ese momento la Cámara, 394 (79%) contaba con educación universitaria, y 104 (21%) no reportó estudios de licenciatura, lo que coloca a la 63 Legislatura como la de menor nivel educativo en la última década.
El director de la asociación civil Impacto Legislativo, Diego Díaz Iturbe, destacó que se considere una necesidad la formación parlamentaria “no sólo de los legisladores, sino de aquellos que los asesoran, ya que la falta de preparación se debe a que muchas de las diputaciones se dan por cuotas”.
El coordinador de la bancada del PRD, Francisco Martínez Neri, dijo que la actividad parlamentaria requiere preparación previa y conocimientos amplios, “ya que en muchas ocasiones no distinguen un punto de acuerdo de una iniciativa”.
El coordinador académico del Diplomado en Planeación y Operación Legislativa del ITAM, Fernando Dworak, dijo que la falta de incentivos es lo que lleva a que los diputados no busquen por voluntad propia prepararse, dado que muchos de ellos saben que después de tres años no regresarán a la Cámara, “sobre todo cuando saben que no es por sus propios méritos o trabajo que están ahí, sino por intereses políticos.
“Hay personas que llegan a la Cámara con algún mandato, como el diputado Jorge Estefan Chidiac (PRI), que se encarga de temas hacendarios. Esto va a cambiar en 2018 con la reelección inmediata; quienes quieran quedarse deberán hacer algo más que levantar el dedo”, añadió.
