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La Presidencia de la República preveía la llegada durante la madrugada de hoy del nuevo avión presidencial, que lleva el nombre de José María Morelos y Pavón.
Estaba previsto que la aeronave llegara al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y que inicie en 15 días el servicio que prestará al Jefe del Ejecutivo federal.
De acuerdo con información de Los Pinos, la entrega de la aeronave —adquirida por la anterior administración— estaba condicionada a la realización de las últimas pruebas y a la certificación del equipamiento interior por parte de la Federal Aviation Administration de Estados Unidos (FAA).
Desde el 22 de diciembre del año pasado, este Boeing 787 Dreamliner había realizado siete vuelos de prueba —sumando casi 34 horas en el aire—, el último lo llevó a cabo ayer por la tarde y duró sólo 28 minutos antes de presentarse el plan de vuelo de Texas a la Ciudad de México.
Apenas el lunes pasado, el nuevo avión presidencial realizó una prueba de vuelo de 2 horas y 48 minutos. Las siete pruebas en el aire, de acuerdo con información del Estado Mayor Presidencial, se realizaron con el objetivo de corroborar que todas las modificaciones que le fueron realizadas a la aeronave funcionen adecuadamente.
Información recabada por EL UNIVERSAL en Los Pinos advierte que serán cuatro los equipos de pilotos adscritos a los Servicios Aéreos Presidenciales, que forman parte del Estado Mayor Presidencial, que operarán indistintamente la aeronave.
El 23 de enero la aeronave tuvo un vuelo de prueba de 9 horas y 45 minutos, durante las cuales sobrevoló Texas, Nuevo México y Arizona en varias ocasiones. El 9 de enero, el nuevo avión presidencial tuvo un vuelo de 30 minutos sobre la ciudad de Dallas.
Un día antes, el 8 de enero, el José María Morelos y Pavón voló durante 5 horas y 6 minutos sobre Texas y Nuevo México. El 28 de diciembre del año pasado, el Boeing 787 tuvo su vuelo de prueba más largo hasta ahora con 10 horas y 20 minutos, nuevamente sobre Texas, Nuevo México y Arizona.
El 22 de diciembre, la aeronave voló durante 3 horas y 12 minutos. Este Boeing 787, con la matrícula XC-MEX de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), ha despegado y aterrizado en el aeropuerto Dallas Love Field, el segundo más importante de esta ciudad estadounidense.
Capacidad. El próximo avión presidencial, como lo adelantó EL UNIVERSAL, podrá transportar hasta 80 pasajeros, 20 más de los que hoy transporta el Presidente Juárez, cuenta con equipos en telecomunicaciones satelitales e internet y tiene una vida útil de 25 años, por lo que concluirá su servicio en 2040.
Sus características tecnológicas permitirán que el Presidente de la República reciba y transmita información permanentemente desde cualquier parte del mundo, lo que facilitará el desahogo de su agenda de trabajo, incluso en vuelos de larga distancia, de acuerdo con la Presidencia. El nuevo avión operará dos semanas después de su arribo a México, “tiempo en el que concluirá el entrenamiento de las tripulaciones y personal de tierra”, informaron en Los Pinos.
La Presidencia de la República ha detallado que para la selección del nuevo avión de la flota presidencial, se consideraron los modelos Boeing 787-8 y 767-300, así como el Airbus A330-300. Se decidió por el B787-8 Dreamliner por su autonomía de más de 13 mil kilómetros, ahorro de 20% de combustible, 60% menos contaminación sonora, fuselaje más ligero y de mayor resistencia.
El actual avión presidencial que lleva el nombre de Presidente Juárez se mantendrá como parte de la flota aérea del Estado Mayor Presidencial y fungirá como aeronave de respaldo cuando el avión José María Morelos y Pavón se encuentre en mantenimiento.
De acuerdo con números de la Presidencia, entre 1987 y 2015, el Presidente Juárez ha realizado 2 mil 662 vuelos en 953 giras nacionales y 323 internacionales; ha realizado 4 mil 668 aterrizajes y 154 escalas en giras internacionales. En 2015 transportó a 5 mil 151 pasajeros.
El costo total del avión, incluyendo ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina, certificaciones y un paquete de refacciones, fue de 218.7 millones de dólares que se pagaron a 13.50 pesos por dólar, dado que también se adquirió una cobertura para el tipo de cambio.