Más Información
Sheinbaum tiene su primer convivio navideño con reporteros en Palacio Nacional; ofrece bocadillos y ponche
Sheinbaum critica a oposición por estar a favor de dichos de Trump; “parecen conservadores del siglo XIX”
Migrantes de otras nacionalidades deben de ser repatriados a sus países, no a México: Sheinbaum; “no los vamos a dejar solos”, dice
horacio.jimenez@eluniversal.com.mx
La historia del Boeing 787-8 Dreamliner, que es el nuevo avión presidencial José María Morelos y Pavón TP-01, inició hace poco más de cuatro años en la madrugada del 15 de noviembre de 2011, en el debate del Presupuesto de Egresos de la Federación en la Cámara de Diputados.
El documento que detallaba el gasto total que haría el gobierno federal para 2012 ya se había avalado en lo general en el pleno del Palacio Legislativo de San Lázaro. El panista Felipe Calderón era el Presidente de la República y su bancada, que no era la mayoría, propuso una reserva para renovar la flota aérea del Poder Ejecutivo, y todas las bancadas lo apoyaron.
El entonces diputado del PAN, Luis Enrique Mercado, subió a tribuna y dijo que la última ocasión en que se adquirió un avión para el Jefe del Ejecutivo fue a finales del sexenio del priísta Miguel de la Madrid (1982-1988), cuando la aeronave en turno estuvo a punto de sufrir un accidente en un vuelo de Yucatán hacia Cozumel.
Debido a este percance se decidió adquirir un nuevo avión presidencial y buena parte de los helicópteros que hoy vuelan en la flota aérea del Poder Ejecutivo.
La simple idea de adquirir un nuevo avión presidencial causó resquemor en los legisladores de izquierda, quienes antes de que se aprobara esta modificación al texto original pidieron la palabra para hacer sentir su rechazo.
“La propuesta que yo hago es que para seguridad de los más altos mandos del país, se haga un añadido al artículo tercero del dictamen pidiéndole a la Secretaría de Hacienda que haga las reconducciones presupuestarias necesarias y establezca los mecanismos adecuados para que se renueve la flota aérea del Poder Ejecutivo. Esa es la propuesta que estoy haciendo y les pido su apoyo para que salgamos ya de una flota aérea que, si las cuentas no me fallan, tiene 24 años de antigüedad”, describió el entonces legislador panista en la máxima tribuna del país.
El entonces presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Emilio Chuayffet (PRI), pidió que se sometiera a votación si la reserva se aceptaba. Inmediatamente los diputados integrantes del PT, Mario di Costanzo —hoy titular de la Condusef— y Gerardo Fernández Noroña, se inscribieron en el debate para hablar en contra de la propuesta.
No obstante, la iniciativa fue apoyada en su totalidad por el PAN, pero requerían de más votos, que les otorgaron los legisladores del PRI, PRD y Partido Verde. Por el PAN votaron en favor 126 legisladores, más 217 del PRI, 46 del PRD, 22 del PVEM, 8 del PT, 5 del Panal, 2 de MC y uno sin partido. En contra votaron un panista, tres perredistas y cuatro petistas.
Legisladores en contra. El primero en quejarse fue Mario di Costanzo, quien aseguró que la propuesta podría ser muy delicada, si no iba acompañada de una rendición de cuentas ni transparencia. “Se habla de renovar la flota aérea, pero no se plantea la rendición de cuentas sobre el destino de estas flotas y estas partidas”.
Señaló que era muy ligero etiquetar recursos para la adquisición de aviones, cuando se discutía la falta de recursos para el campo o para la población indígena. “No quisieron bajarle las pensiones a los ex presidentes, y sí hablan de renovar flotas aéreas”, dijo.
Después de avalar el dictamen en lo general y lo particular, el tercer artículo transitorio del documento decía: “La Cámara de Diputados exhorta al gobierno federal a que realice las adecuaciones presupuestarias conducentes para renovar el avión, así como el resto de las aeronaves a la Presidencia de la República, con el objeto de garantizar la seguridad del Presidente y los secretarios de despacho de la Administración Pública Federal”.
Durante su administración, el presidente Felipe Calderón perfiló la idea de comprar un nuevo avión presidencial, pero él mismo descartó varias veces esta posibilidad, debido a las críticas de las que podría ser objeto.
EL UNIVERSAL publicó que cuando Nicolás Sarkozy, entonces presidente de Francia; o Álvaro Uribe, ex mandatario de Colombia; Rafael Correa, de Ecuador; Luiz Inacio Lula, en Brasil; o Evo Morales, en Bolivia, compraron un nuevo avión para trasladarse en sus propios países o fuera de ellos, recibieron el castigo de la oposición.
Incluso, después de la petición de Mercado para renovar la flota aérea presidencial, el propio legislador dijo que Miguel de la Madrid compró el TP-01, pero por la crítica no pudo estrenarlo, pues el país estaba en crisis “galopante”. “Se armó un escandalazo. Lo vino a estrenar el presidente Carlos Salinas de Gortari”, quien dijo que el avión fue comprado en la anterior administración.
Nueva aeronave. El pasado 10 de febrero fue estrenado el nuevo avión presidencial en una gira que se hizo a Sonora para conmemorar el Día de la Fuerza Aérea Mexicana. La aeronave José María Morelos y Pavón podrá transportar hasta 80 pasajeros, 20 más de los que llevaba el Presidente Juárez, cuenta con equipos en telecomunicaciones satelitales e Internet y tiene una vida útil de 25 años.
El costo total del nuevo avión fue de 218.7 millones de dólares, que se pagaron a 13.5 pesos por dólar. Esto significa que el costo real, pagado en pesos por la totalidad de la aeronave fue de 2 mil 952.4 millones de pesos. Simultáneamente a la compra del aparato, Banobras firmó un contrato de arrendamiento financiero con el gobierno federal a 15 años, con lo que al final de este periodo el equipo será parte de los activos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
De acuerdo con números de la Presidencia, entre 1987 y 2015 el Presidente Juárez realizó 2 mil 662 vuelos en 953 giras nacionales y 323 internacionales; realizó 4 mil 668 aterrizajes y 154 escalas en giras internacionales. En 2015 transportó a 5 mil 151 pasajeros.