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El cónsul de México en Denver, Colorado, Carlos Bello Roch, ha utilizado su cargo en el extranjero para contactar a empresas extranjeras con su hijo Carlos Bello Hernández, actual integrante del Consejo Consultivo en el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y socio del despacho Bello, Gallardo, Bonequi y García (BGBG).
En un correo electrónico institucional —al cual tuvo acceso EL UNIVERSAL— enviado por el diplomático el 19 de agosto de 2014, Bello Roch le informa a su hijo que se reunió con María E. Ruess, vicepresidenta internacional de Lockheed Martin, empresa aeronáutica en Estados Unidos, y con la asistente de ésta, Gina Bandrowsky, a quienes ofreció apoyo.
“Están planeando un viaje a México en la semana del 22 de septiembre y tienen mucho interés en contactar a personas importantes del sector de telecomunicaciones en México. Yo les platiqué de ti y les comenté que tú podrías apoyarlas con presentarles personalidades del sector mencionado, como al subsecretario de Comunicaciones, algunos funcionarios clave de la Cofetel y algunos empresarios importantes de México en el rubro”, detalla el cónsul de México en Denver.
Al momento de las conversaciones entre Bello Roch y las directivas de la empresa estadounidense, el subsecretario de Comunicaciones era José Ignacio Peralta Sánchez, actual gobernador del estado de Colima.
En abril del año pasado, Peralta Sánchez fue sustituido en el cargo por Mónica Aspe Bernal.
En octubre de 2015, apenas un año después del correo electrónico del diplomático a su hijo, la compañía extranjera lanzó el satélite Morelos 3 para la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), proyecto que tuvo un costo de mil 600 millones de pesos, de acuerdo con la agencia informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
El mensaje. En el correo enviado por Carlos Bello Roch a su hijo Carlos Bello Hernández explica que se reunió con la vicepresidenta de Internacional Business Developments de Lockheed Martin, Maria E. Ruess, y con su asistente, Gina Bandrowsky, en algún punto de Estados Unidos, sin que el diplomático le precise el lugar exacto del encuentro.
Posteriormente, informa de su recomendación personal a Ruess y a su asistente Bandrowsky, sugiriéndole a su hijo que se ponga en contacto de inmediato con la segunda, para lo cual le proporciona números telefónicos y correos electrónicos.
“Las dos hablan español perfectamente. Sugiero que le llames a Gina [Bandrowsky], es la asistente de Maria [E. Ruess]. Te quiero. Tu papá”, concluye el correo que cuenta con la identificación oficial de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el escudo del gobierno mexicano y el cargo de Carlos Bello Roch como cónsul general de México en Denver, Colorado.
De acuerdo con la agencia Reuters, Lockheed Martin Corp es el principal proveedor de armas del Pentágono, fabrica aviones de combate y cuenta con una filial para la elaboración y lanzamiento de satélites.
Carlos Bello Hernández es integrante del Consejo Consultivo del Instituto Federal de Telecomunicaciones y abogado del despacho BGBG en esa misma materia, por lo que brinda “asesoría legal y regulatoria a empresas nacionales e internacionales en asuntos en materia de telecomunicaciones y radiodifusión”.
De acuerdo con la página oficial del Consejo Consultivo del IFT, Bello Hernández también se encarga de asesorar a firmas privadas para que puedan establecer relaciones comerciales con gobiernos, particularmente en los ramos satelitales y de fabricación de dispositivos móviles.
Además, el currículum de Carlos Bello Hernández agrega que su despacho BGBG es la empresa líder en el sector de las telecomunicaciones, particularmente para el “registro de operadores móviles virtuales y en el rubro satelital”.
El hijo del cónsul en Denver, Colorado, también tuvo un paso fugaz por el servicio público. Entre julio de 1997 y julio de 1999 fungió como subdirector de Regulación Internacional en la extinta Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), hoy Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), del que ahora forma parte en calidad de consejero externo.
EL UNIVERSAL intentó contactar a Ruess y a Brandowsky a sus teléfonos celulares para consultarles sobre este caso y preguntarles cuál había sido el apoyo que tuvieron de la familia Bello, e incluso si les habían cobrado por este encuentro. Maria E. Ruess no respondió el teléfono y Gina Brandrowsky sí contestó. Sin embargo, rechazó responder a las preguntas y dijo que las respuestas tendrían que ser a través del Departamento de Comunicaciones de su empresa. Afirmó que posteriormente se comunicaría con este diario. No lo hizo
“Primero que nada, mil disculpas, nosotros tenemos una política que para hablar con la prensa y cosas así, tenemos nuestro Departamento de Comunicaciones”, respondió Gina Brandrowsky al teléfono.
También se le envió un correo electrónico a la cuenta institucional de la Cancillería del cónsul Carlos Bello para que conociera la información y proporcionara su opinión, con el fin de saber en calidad de qué envió ese correo y si cobró por estos servicios.