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Medio país irá de nuevo a las urnas en 2016 para elegir 13 gobernadores, pero para una parte de la academia y la sociedad civil la disputa será en torno a la regulación del movimiento anulista, pues en las elecciones del pasado 7 de junio tiró a la basura casi 1.9 millones de votos sin ninguna utilidad.
Con las leyes como están, ese mecanismo de supuesta protesta contra los partidos “resultó contraproducente” a decir de expertos, por lo que estarán a debate iniciativas para dar legalidad y regular el voto en blanco o nulo.
Entre los promotores se encuentra la organización Primero Cumplan, que prevé presentar el próximo 1 de febrero al Congreso una iniciativa ciudadana para que el voto en blanco sea reconocido en la boleta, que sirva para reducir el financiamiento a los partidos y para expresar la protesta mediante el sufragio.
Sin embargo, la Cámara de Diputados tiene una iniciativa con ese fin: la del presidente nacional del PRD, Agustín Basave, quien la presentó antes de asumir ese cargo, el 27 de octubre.
Aunque similares, ambas tienen efectos distintos. La primera reduciría 2 mil 500 millones el dinero federal a los partidos; la segunda, 200 millones de pesos.
Pero antes se necesita conocer que, sin leyes nuevas, de nada sirve el voto nulo, asegura el abogado y especialista electoral de la UNAM, Roberto Duque Roquero. Durante las elecciones de junio, junto con otros expertos alertó que esa supuesta protesta contra los partidos sería contraproducente: favorecería a las fuerzas con más maquinaria electoral, aumentaría su financiamiento y curules.
Hoy, se confirma, explica en entrevista: “A quienes anularon su voto les resultó un tiro por la culata”.
“Estos efectos adversos —refiere— podrían repetirse en las elecciones de 2016 en caso de que se registre un porcentaje importante de votos nulos en los estados, de ahí que pone el tema sobre la mesa”.
Movimiento anulista, una farsa. Hoy, el voto nulo no tiene los efectos que “torpemente se pregonan”, de que los partidos o candidatos se darán por enterados del rechazo, señala.
La elección federal es la muestra. Es explicable, sólo por el voto nulo “el PRI, con apenas 29.2% de la votación nacional, y con 39.82% de los sufragios, si se suman a los de sus aliados de PVEM (6.9%), y Panal (3.7%), haya alcanzado 52% de la Cámara de Diputados.
“Es sorprendente que el presidente Enrique Peña Nieto, pese a su poca popularidad, haya superado a toda la oposición”, considera Duque Roquero.
En junio pasado, EL UNIVERSAL presentó datos de su último sondeo, según el cual 53% reprueba “mucho o algo la gestión” del mandatario. De forma contrastante, el PRI y sus aliados obtuvieron 52% gracias al voto nulo, dice.
“Aunque quien anula su voto cree que rechaza a uno o varios partidos, el pequeño detalle es que para la asignación del poder en México se eliminan los votos nulos. El Instituto Nacional Electoral (INE) los tira a la basura.
“Con esa operación aritmética, juntos PRI-PVEM-Panal saltan 4.5% más. Y como la Constitución permite hasta 8% de sobre representación en la Cámara, eso permite a ese bloque 52% de la representación en San Lázaro”, detalla el académico.
Al bote 4.1 millones de votos. De acuerdo con la Constitución y la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe), para asignar diputados de representación proporcional (plurinominales) el INE toma en cuenta la “votación nacional emitida”. Ésta es resultado de restar, al resultado del cómputo de los votos en los 300 distritos, 4 tipos de sufragios: los nulos (1 millón 900 mil 449 en la elección del 7 de junio), los obtenidos por candidatos independientes (225 mil 29) y los de candidatos no registrados (52 mil 371).
Además, los de partidos que no alcanzaron 3% de votos. El 23 de agosto, en que el INE validó la votación para asignar plurinominales (con la suma de 299 distritos) quitó votos del PH y del PT, que entonces había perdido el registro, que recuperó después, tras la elección extraordinaria en el distrito, 01 de Aguascalientes.
Se restaron por igual 1.1 millón de votos, y 856 mil del PH. Los 4 tipos de votos invalidados sumaron 4 millones 168 mil, lo que hizo crecer la proporción del resto de los partidos.
Sobre todo del bloque PRI-PVEM- Panal, cuyo porcentaje creció de 38.82%, a una votación nacional emitida de 44.48%, cifra oficial reconocida para el reparto de plurinominales.
“Entonces, ¿a quién castigó ese 1.9 millones de personas que anularon? a los partidos, no”, asegura Duque.
Recuerda que expertos advirtieron lo contraproducente de anular el voto: “El ex consejero electoral, Mauricio Merino, en su artículo de EL UNIVERSAL, dijo: los efectos favorables del voto nulo para el partido más votado no responden a un argumento moral, sino aritmético. Y sí: el verdadero ganador fue el partido más votado, el PRI. Yo he dicho que las matemáticas no son opinables y se demostró”.
Todos los partidos ganan. Además del PRI, ganaron los nueve partidos en recursos. Al PT le permitió conservar el registro, y a todos les aumentó el porcentaje considerado para el reparto.
Sin tanto voto anulado, el PT hubiera perdido el registro, aún con la elección del distrito de Aguascalientes. Con su millón 138 mil votos, y sin 1.9 millón nulos, hubiera alcanzado sólo 2.96%, y por lo tanto, hubiera desaparecido.
La votación también es la base para asignar las prerrogativas, por lo que, aunque la bolsa a repartir no aumenta según la votación, si permite a los más votados, más dinero, lo que es mejor si el voto nulo aumenta, afirma.