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El día que Manlio Fabio Beltrones se hizo a un lado en apoyo de la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto, sorprendió a los integrantes de su equipo cercano, que habitualmente se ufanan de las capacidades políticas de su jefe, y que vieron en el abrazo de ambos en el auditorio Plutarco Elías Calles del PRI una demostración de madurez de un sonorense que, en apariencia, veía pasar su última oportunidad de alcanzar el sueño de todo priísta de su generación, ser Presidente de la República.
A partir de ahí, Peña Nieto alcanzó la Presidencia y Beltrones Rivera el liderazgo priísta en la Cámara de Diputados, desde donde fue un operador eficaz de las reformas estructurales del sexenio del retorno del PRI a Los Pinos, y cuando parecía que el camino pavimentado de su trayectoria terminaba, en acuerdo con el Jefe del Ejecutivo federal, emprendió la ruta para convertirse en dirigente nacional del tricolor.
El puente de San Lázaro a Insurgentes Norte, puede decirse, lo construyó Beltrones, ya aprobada la obra, piedra por piedra, en seguimiento de cada paso reglamentario, con un derroche de disciplina y tacto, a la usanza de la política tradicional. En ese procedimiento recabó la aprobación de un priísmo de base, de cuadros y liderazgos que lo reconocieron como uno de los suyos.
Una de las máximas que se le han escuchado a Beltrones, la de que en política no hay coincidencias, enmarcaría una reconstrucción de hechos que sitúa al sonorense en una comida a solas con Peña Nieto, ambos aspirantes a la candidatura de su partido. El lugar, frente al mar en Campeche y una larga sobremesa. Luego llegó la oportunidad de que el norteño levantara el brazo al más joven, y el trato estaría cumplido por completo en 2015, con el salto al liderazgo partidista.
Desde la presidencia del CEN del PRI, Beltrones Rivera opera decisiones políticas en apoyo a Peña Nieto y prepara las elecciones de los candidatos a 13 gubernaturas, dentro de procesos de unidad, y de los resultados dependerá, sin duda, que en 2018 haya camino adelante para este profesional de la política, cuentan sus cercanos, exigente en el trabajo, que obtiene información de múltiples fuentes, la cual procesa. Ese es uno de sus secretos más caros. Estos son algunos de los pasos de un profesional de la política.